Pese a lo que han dicho las empresas de telefonía celular respecto a su decisión de no activar los teléfonos robados, mediante la exigencia de documentación que acredite la legítima propiedad del aparato, la verdad es que continúan operando las bandas que se dedican a asaltar personas para despojarlos única y exclusivamente de sus teléfonos celulares, lo que da la idea de que los criminales pueden lograr la activación de los aparatos porque si no fuera así ya hubiera terminado el robo de los mismos.
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El Congreso de la República no llegó a aprobar una ley que sancionaba a las empresas que activaran teléfonos celulares porque éstas, de iniciativa propia, decidieron un acuerdo para terminar con esa deleznable práctica. Sin embargo, se trata de un acuerdo que no es supervisado, evidentemente, y alguna fórmula hay para que los aparatos robados sean vendidos y activados porque es impresionante la cantidad de robos que se siguen dando. Basta ver cuántas denuncias diarias recibe el Ministerio Público para darse cuenta que el negocio sigue floreciente.
Y es que por cada celular robado, las empresas se aseguran dos clientes, puesto que la víctima del asalto repone su aparato si no es que los ladrones lo mataron porque son también muchos los que mueren en asaltos para robar el celular, y cuando el aparato sale al mercado para ser activado, logran otro cliente que empieza a hacer uso del servicio. Y precisamente por la cantidad de personas que han muerto en ese tipo de incidentes es que urge que el Congreso retome la idea de una legislación que aplique sanciones a las empresas que siguen con la criminal práctica de activar teléfonos robados.
Existen sectores en los que los ladrones operan con total impunidad y se sabe de varios asaltos cometidos a lo largo del día. En el sector de los grandes edificios de Europlaza hasta horario tienen los cacos, puesto que se sabe que las horas más peligrosas en el sector son entre las ocho y las nueve y media de la mañana, de las doce a las dos de la tarde y a partir de las dieciséis horas, cuando la gente empieza a salir de sus trabajos. Y si todos los días están robando teléfonos, obviamente es porque también todos los días están activando los teléfonos robados y los ciudadanos cayendo de pendejos con la propaganda que hicieron en su momento las empresas de telefonía móvil sobre su «cívica actitud» de ponerle fin a la activación de celulares producto de asaltos.
Poderoso caballero sigue siendo don dinero que vale mucho más que la vida de un usuario que sufre un asalto y que puede morir a manos de los ladrones que manipulan con evidente nerviosismo sus armas. No hace falta siquiera que deseen matar a alguien, sino que simplemente por su impericia se les puede ir un tiro y cobrar una vida tontamente. Indigna el engaño que se hace con la población porque nos siguen viendo a todos la cara de tontos y hasta se llenan la boca diciendo que han suspendido la activación de aparatos robados para preservar vidas, cuando los hechos demuestran que el negocio sigue floreciente y nadie está interesado en ponerle coto porque ni falta hace que tengan vendedores para impulsar el uso de esos instrumentos de comunicación, porque los mismos ladrones que despojan a clientes legales de sus aparatos son los que se convierten en una especie de impulsadores (como dicen en el argot de las ventas) de las mismas empresas.
Repito que el Congreso tiene que tomar cartas en el asunto porque evidentemente nos vieron a todos la cara de pendejos y el robo sigue siendo alentado por la facilidad para activar los aparatos.