El norteamericano Joey Chestnut conservó en Nueva York su Cinturón Mostaza al derrotar al japonés Takeru Kobayashi en un dramático desempate tras comer ambos 59 «hot dogs» en 10 minutos.
Chestnut, un californiano de 24 años que pesa 102 kilos, dominó casi toda la prueba frente a su adversario nipón, pero Kobayashi se lanzó en una frenética ofensiva en los dos últimos minutos que le permitió igualar a su adversario.
Ante el empate de 59 «hot dogs» tragados en diez minutos, se organizó una segunda prueba de cinco salchichas, que Chestnut devoró antes que el nipón, conservado el «Cinturón Mostaza» que conquistó el año pasado.
«Perdí porque no fui lo suficientemente veloz en el desempate», dijo a la prensa «Tsunami» Kobayashi de 30 años, al concluir la contienda en la que participaron 21 gladiadores del tubo digestivo.
La prueba del tradicional concurso anual de «hot dogs» se realiza en Coney Island (Brooklyn) con motivo del Día de la Independencia de Estados Unidos y fue reducida este año de 12 a 10 minutos por los organizadores.
Además del título mundial que había conquistado en 2007 comiendo 66 salchichas en doce minutos contra 63 tragadas por Kobayashi, Chestnut embolsó este año un premio de 20.000 dólares.
El torneo consiste en engullir la mayor cantidad de salchichas en diez minutos, sin vomitar, tragando líquido y comiendo el pan que acompaña a cada una, aunque se puede hacerlo por separado.
Desde 2001, cuando Kobayashi duplicó el récord mundial ingiriendo 50 salchichas, el torneo se convirtió en un duelo entre Japón y Estados Unidos en el que el nipón mantuvo su título invicto durante más de media década.
Sin embargo, en 2007 el japonés sufrió un problema en la mandíbula en los meses previos al torneo. Ese año perdió el título frente a Chestnut.
Cada concursante tiene su propia técnica. Kobayashi, por ejemplo, bautizó su sistema «Salomón»: parte a la mitad cada salchicha antes de comerse los dos pedazos juntos y luego el pan, mojado en agua. A veces come dos juntas.
La competencia se organizó por primera vez en 1916 y según la leyenda cuatro inmigrantes hicieron un concurso de comer salchichas entre amigos para ver cuál era el más norteamericano de todos.
En esa oportunidad ganó un irlandés, James Mullen, que comió 13 salchichas en 10 minutos. Los organizadores del torneo decidieron este año reducir la duración de la prueba para ajustarla a la de esa primera competencia.