Los líderes de los países de gran poderío de los diversos continentes parecen estar más interesados en la guerra que en la paz del mundo. Eso puede inferirse de las realidades que se producen en algunas regiones que, a lo interno y a lo externo, se ven en problemas de confrontación empleando armas mortíferas o a punto de emplear, incluso, las súpermortíferas.
Es así como ha emergido una situación que es más de guerra que de paz, al menos en algunos países y en lo regional. Es de sentirnos aliviados porque todavía no surgen conflictos que podrían provocar el estallido de la tercera y última guerra extendida en toda la faz de la tierra. Y decimos que esa potencial hecatombe sería la última, pensando en los artefactos termonucleares (bombas, misiles, etcétera) que posen ya o que pueden poseer en cualquier infortunado e indeseado momento decenas de naciones que, como Irán, verbigracia, esgrimen el pretexto de que en sus respectivas instalaciones únicamente se fabrica lo que es necesario para generar energía eléctrica y otras cosas de usos pacíficos, no ofensivas, destructivas o macabras. Entre los personajes que viven abogando por que la anhelada paz impere en el orbe está el reverendo Sun Myung Moon, quien nació de padres campesinos en 1920 en lo que hoy es la agresiva y amenazante Corea comunizada del Norte. Moon es un ciudadano que no escatima esfuerzo alguno con tal de alcanzar el éxito de la Federación Interreligiosa e Internacional para la Paz Mundial.
El ilustre ciudadano se ha significado como un extraordinario hombre de grandes logros en el campo empresarial. Es propietario de periódicos en los Estados Unidos de América y de otros medios de comunicación muy influyentes en importantes círculos oficiales y privados que conforman la opinión pública a nivel internacional, explota servicios de ferrocarriles, de una flota de barcos mercantes, de aviones de pasajeros; posee valiosas fincas en Uruguay y en otros países sudamericanos, entre otros valiosos bienes patrimoniales que le posibilitan fondos multimillonarios que destina en elevado porcentaje a obras filantrópicas de positivo beneficio para sectores de población empobrecida de Brasil, de Uruguay, de países centroamericanos -incluida Guatemala- y también de su amada patria, Corea.
La Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial publicó un libro intitulado El Principio Divino, cuyas más de 400 páginas irradian profundo y esclarecido pensamiento filosófico-religioso sobre toda una serie de temas sumamente interesantes. Por ejemplo, entre otros de los temas, sobre las características duales de Dios y el mundo creado; sobre el propósito y el valor original de la Creación; sobre la Caída del Hombre, sobre la Parusía (o sea el otro advenimiento de Jesucristo, el Mesías, al final de los tiempos).
Nos ha llamado la atención, especialmente, lo de la Segunda Llegada del Dios hecho hombre en la Tierra (Jesucristo), porque supuestamente, según el libro El Principio Divino, la Parusía será una feliz realidad en Corea. Moon siempre hace referencia a ese acontecimiento en sus brillantes prédicas ante un sinnúmero de asistentes a las reuniones que son celebradas en muchos países de las diversas latitudes. Entre 600 y 700 periodistas y de profesiones afines, procedentes de alrededor de 150 países de nuestro planeta, hacen acto de presencia en las multitudinarias reuniones.
Nosotros, que hemos tenido oportunidad de asistir a varios de esos trascendentales eventos realizados en nuestro Continente, en Asia y en Europa, necesitaríamos llenar no pocas páginas de un voluminoso tomo, con lo que se ha tratado en cada uno de esos acontecimientos, a fin de presentar ante los lectores un trabajo periodístico suficientemente amplio, esencial, aunque no, por cierto, exhaustivo, en cuanto a sus múltiples facetas.
Permítasenos hacer referencia, ya para ir poniendo el punto final, a que asisten a los eventos realizados por la Federación Interreligiosa e Internacional para la Paz Mundial, además de hombres y mujeres de prensa y otros comunicadores sociales, grandes personalidades participantes en el movimiento universal emprendido y presidido por el reverendo Moon, su fundador.