El reto de 7 mil millones de personas


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Es una mujer de 40 años, con nueve hijos. El terreno de la familia en una aldea en Burundi es demasiado pequeño para proveer suficiente sustento, y tres de sus hijos han dejado la escuela por falta de dinero para pagar la matrí­cula.

Por DAVID CRARY Agencia AP

«Lamento haber tenido tantos hijos», dice Godelive Ndageramiwe. «Si pudiera empezar de nuevo, solamente tendrí­a dos o tres».

En la próspera granja de Ahmed Kasadha en el oriente de Uganda la cosa es bien diferente.

«Mi padre tuvo 25 hijos; yo hasta ahora tengo 14, y espero producir más en el futuro», dice Kasadha, que tiene dos esposas. í‰l considera que una familia numerosa es un indicio de éxito y una garantí­a de ayuda en su vejez.

La cantidad de hijos es un asunto de una enorme importancia. El 31 de octubre la población mundial superó un hito histórico: 7.000 millones de personas utilizan hoy las tierras y recursos del planeta.

En Europa Occidental, Japón y Rusia, el hito tiene un tono irónico, en medio de preocupaciones por bajas tasas de natalidad y envejecimiento poblacional. En China e India, los dos paí­ses más populosos, es una ocasión para revaluar polí­ticas que ya han desacelerado un crecimiento alguna vez vertiginoso.

Pero en Burundi, Uganda y el resto del ífrica Subsahariana, la noticia demográfica obliga a la reflexión, en momentos en que la región se tambalea bajo la doble carga de las tasas de natalidad más altas y la pobreza más profunda. La población regional de casi 90 millones de personas pudiera alcanzar 2.000 millones en 40 años, lo que representarí­a la mitad del crecimiento global proyectado.

«La mayorí­a del crecimiento va a ser en las ciudades africanas, y en esas ciudades va a ser mayormente en los barrios miseria, donde las condiciones de vida son horribles», dijo John Bongaarts, del Consejo de Población, un centro de estudios basado en Nueva York.

¿Es inevitable la catástrofe? No. Pero expertos dicen que la mayorí­a en ífrica — y en otros lugares subdesarrollados, como Afganistán y Pakistán — va a tener muchos problemas para proveer suficiente comida, agua y empleos para sus poblaciones, especialmente si no se implementan radicales programas de planificación familiar.

«La pobreza extrema y las familias numerosas tienen a reforzarse entre sí­», dice Lester Brown, analista ambiental que encabeza el Earth Policy Institute en Washington. «El desafí­o es intervenir en ese ciclo y acelerar el cambio a familias más pequeñas».

Sin una intervención así­, dice Brown, la escasez de alimentos y agua podrí­a promover la desestabilización polí­tica en las regiones en desarrollo.

«Existe una buena cantidad de tierra que podrí­a producir alimentos si hubiese agua suficiente», dijo. «El agua se está volviendo la verdadera limitación».

El Instituto Internacional de Administración de Agua comparte esos temores, y predice que para el 2025 aproximadamente 1.800 millones de personas van a vivir en áreas que sufren una grave escasez de agua.

De acuerdo con demógrafos, la población mundial no alcanzó 1.000 millones hasta el 1804, y pasaron 123 años antes de que alcanzase 2.000 millones, en 1927. El paso entonces se aceleró: 3.000 millones en 1959, 4.000 millones en 1974, 5.000 millones en 1987 y 6.000 millones en 1998.

La ONU proyecta que la población mundial llegará a 8.000 millones para el 2025 y 10.000 millones para el 2083. Pero los números pudieran ser mucho mayores o menores, dependiendo de factores como acceso a anticonceptivos, tasas de mortalidad infantil y expectativa de vida, la cual ha crecido de 48 años en 1950 a 69 años en la actualidad.

«En general, no es motivo de alarma. El mundo ha absorbido grandes crecimientos desde 1950», dijo Bongaarts, vicepresidente del Consejo de Población, Pero advirtió que las presiones se intensifican: el alza en los precios del combustible y los alimentos, problemas ambientales, más de 900 millones de personas desnutridas.

«Para los ricos, es totalmente manejable», dijo Bongaarts. «Son los pobres, en todas partes, los que van a sufrir».

El director ejecutivo del Fondo de Población de la ONU, el ex ministro nigeriano de salud Babatunde Osotimehin, dice que el hito de los 7.000 millones debe ser un llamado a la acción, especialmente sobre la necesidad de permitir a las muchachas adolescentes seguir en la escuela y a las mujeres controlar el número de hijos que tienen.

«Es una oportunidad para llamar la atención sobre los temas de la población, derechos de las mujeres y planificación familiar», dijo en una entrevista. «Hay 215 millones de mujeres en todo el mundo que necesitan planificación familiar y no la tienen. Si cambiamos eso, y esas mujeres pueden hacerse cargo de sus vidas, vamos a tener un mundo mejor».