Recientemente he publicado el artículo titulado “Los Grupos de Presión y El Estado como Arena de Conflicto: Hacia una Sociología del Poder Localâ€. El mismo aparece en la prestigiosa Revista Cuadernos de Sociología, del Centro de Estudios Sociales UPSA-GUATE, de la Universidad Pontificia de Salamanca-Programa Doctorado Guatemala-Fundación Pablo VI.
En la presentación de la revista, el doctor español José Ruano, resume mi ponencia indicando que “la falta de criterios técnicos que rigen la asignación del gasto público, favorece el vampirismo de los grupos de poder local, y como consecuencia directa el clientelismo y el cacicazgo que ahogan las finanzas del Estadoâ€.
Agradezco al doctor. Ruano esa calificación resumida, en virtud de que impresiona eso del “vampirismoâ€, chupasangre que es el pan de cada día en el accionar de la clase política, a propósito de una Constitución que ha sido proclive y de apoyo al fortalecimiento del poder distrital y el desarrollo de las comunidades del país. Y es que como cauda de esos desarrollos institucionales nos ha salido el tiro por la culata.
En mi artículo hablo a la vez de las reflexiones que voy teniendo en mi Tesis Doctoral, en donde me refiero a la Democracia Atrapada y a los populismos de izquierda y de derecha que hacen mella en la vida pública de la Guatemala actual.
Quienes protagonizan tales movimientos se enmarcan en lo que en mí artículo se denomina “incongruencia de statusâ€: se trata de aristócratas empobrecidos, comerciantes nuevos ricos que no son aún aceptados en círculos más elevados. Los autores expertos como Torcuato Di Tella concluyen que este tipo de gente “representan un peligro para cualquier orden social estable y santificado, porque pueden utilizar sus recursos para vengarse de la sociedadâ€.
Y algo de eso es lo que menciona el denominado Peten Report, de la entidad In Sight (Organized Crime in the Americas). El reporte asevera expresamente a poderes familiares peteneros que actúan políticamente con motivación de acumular capital y status. El tema preocupante es el referente al control sobre la política electoral, la obra pública y la infraestructura y de territorios, conformándose así una compleja “red que les permite obtener beneficios económicos, criminales y políticosâ€. Asimismo, les permite una legitimación social en el proceso.
Lo tremendamente preocupante del análisis es la tenue frontera que separa a los negocios legítimos y los no legítimos de estas redes de negocios, dejando muy claro que las motivaciones de negocios son las que los mueven pues a la larga todo ese accionar es motivado por el lucro, dejando a un lado temas ideológicos o de motivaciones políticas genuinas.
Aún recuerdo bien las modificaciones constitucionales que fueron hechas luego de la depuración del Congreso en tiempos de Ramiro de León Carpio. Las mismas buscaban la eliminación de gastos confidenciales y el apoyo financiero a los territorios, siendo hoy estos cotos de caza de familias buscando por cualquier medio lo que se denomina como “acumulación originaria del capitalâ€.
La secular falta de visión, apoyo y cobertura de las necesidades del interior de la república son cubiertas entonces por líderes y caciques, agrupados en comités cívicos y en partidos políticos, pensando las veinticuatro horas del día cómo entrarle a los recursos públicos, a través de las ONG de pacotilla y sociedades anónimas, desvirtuando así las dádivas constitucionales y obligando a pensar de manera urgente en reformas constitucionales de peso.