Vivimos en el reino de las contradicciones. Si en Guatemala hay pobreza, en Francia opulencia. Si aquí es de día, en China es de noche. Si en nuestro país hay ley seca, en otros hay apenas necesidad de leyes. Para conocer estos países bastaría observar a los otros del norte, decir las cosas al revés y acertar absolutamente. Piense por ejemplo en el tema del hambre y verá que las cuentas salen.
«Hoy van a morir 17 mil niños en el mundo». Con esta frase inauguró el secretario General de las Naciones Unidad, Ban Ki-moon, la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria el pasado 16 de noviembre en Roma, haciendo alusión al flagelo del hambre que tiene los pelos de punta a la gente con sensibilidad humana. Â El mensaje es claro, la mayor parte de los países del sur sufren hambre y habría que hacer algo para cambiar la situación.Â
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Guatemala no es la excepción y sabemos, por las noticias, que también en nuestro país muchos padecen hambre. Todos los años, como usted sabe, aparecen en la portada de los periódicos, niños famélicos y moribundos que tienen problemas de crecimiento y cuya capacidad de desarrollo mental se ve privada por falta de alimento. Una vez pasada la temporada (porque parece que aquí las cosas suceden como en el mundo de la moda), nos olvidamos del problema y seguimos viviendo tranquilamente, como que nada hubiera ocurrido.Â
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Pues bien, como decía, vivimos en el reino de las contradicciones. Esa hambre que nosotros padecemos y en el mundo entero es como un flagelo, no lo es tanto en otras partes del mundo, Estados Unidos por ejemplo. Al observar las noticias, éstas nos dicen más bien que el problema de los gringos es comer demasiado, desperdiciar mucho y darse el gusto de mal alimentarse.
El otro día me encontré con una nota de prensa que afirmaba que si los estadounidenses continúan subiendo de peso, si siguen con los mismos hábitos alimenticios del momento, la obesidad costará a esa nación $ 344 billones en el 2018. Los cálculos están basados en una proyección que indica que en 10 años el 43 por ciento de los estadounidenses adultos podrían ser obesos. Imagínese, casi la mitad de los gringos están a la puerta del sobrepeso, esto significa que tendrán 30 o más libras del peso que tendrían que tener.
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O sea, fíjese bien, mientras en el mundo muchísimos mueren de hambre, desnutridos, famélicos y faltos de energía, en otras partes (Estados Unidos para el caso) mueren pero de tanto comer o por alimentarse, simplemente, mal, por falta de voluntad, terquedad y/o pereza. Como se sabe, el sobrepeso aumenta el riesgo de padecer diabetes, enfermedades del corazón y muchos tipos de cáncer.Â
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En resumen, concluye la investigación citada, más del 50 por ciento de la población en varios Estados de la unión americana podrían ser obesos para el 2018. Entre éstos aparecen Oklahoma, Misisipi, Maryland, Kentucky, Ohio y Dakota sur.
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Son estas las contradicciones a la que me refería al inicio. ¿Cómo hacer para que el mundo sea diferente y reducir tanta injusticia? Yo no tengo la respuesta, pero para eso están ahora los políticos en Roma para orientarnos y abrir senderos para un mundo mejor y, por supuesto, distinto.