La noticia política de la semana es el retorno del ex presidente Alfonso Portillo Cabrera, quien decidió notificar a la Procuraduría General de la Nación de México que desistía de todos los recursos contra su extradición, expeditando el camino para ser enviado de vuelta a Guatemala. De conformidad con el tratado existente y que regula la materia, en nuestro país sólo puede ser juzgado por el delito de peculado que fue el tipificado cuando solicitaron la extradición y nunca por algún otro.
Si Portillo regresa a Guatemala por sus medios, hubiera quedado sujeto a ser juzgado por otros delitos, pero habiendo vuelto dentro del marco de lo que solicitó en su tiempo el Ministerio Público, limita el campo de acción de la justicia. Y siendo el caso de que el peculado lo comete el funcionario que tiene fondos a su cargo y que el Presidente de la República no maneja fondos ni es cuentadante, su posición está garantizada. El fiscal específico nombrado por Florido para perseguir a Portillo, Celvin Galindo, le tipificó un delito que no se le aplica y brindó en bandeja de plata la oportunidad de que el ex presidente resuelva su situación sin problemas.
De hecho, el sistema está diseñado para asegurar y garantizar que los ex presidentes no puedan ser juzgados por enriquecimiento ilícito y todos se encuentran blindados al respecto.
Portillo ha dado indicios de que vuelve para reincorporarse a la vida política del país y puede hacerlo tanto en el FRG cuyo dirigente máximo fue a saludarlo el día de su retorno, o con la UCN de su íntimo amigo Mario Estrada quien también acudió a la Torre de Tribunales. Seguramente tendría más oportunidades ubicándose a la cabeza de una lista distrital que de la lista nacional, pero en todo caso su retorno al Congreso no sería difícil a pesar de la fuerte oposición que genera en los medios su figura porque fue blanco de ataques directos por parte de la prensa en especial respecto al caso de la corrupción.
Hemos sostenido editorialmente que en ese tema obviamente hay raseros distintos para juzgar y que el vínculo de los medios hace que sean muy puntillosos para juzgar a unos y de la vista gorda para juzgar a otros. Corrupción siempre ha habido y de ese vicio nadie se escapa. La Hora cuestiona a Portillo por la forma en que consolidó el poder del crimen organizado al permitirle el control de instituciones vitales para la seguridad ciudadana y su estrecho vínculo con esos grupos por el daño que eso ha significado para el país y sus instituciones.
Obviamente la sociedad se divide en el tema Portillo y el tiempo dirá cuál es el espacio político que puede ocupar.