El rasgo característico del mundo de hoy


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Mañana, 27 de junio, hará 59 años que renunció a la Presidencia de la República el Coronel Jacobo Árbenz Guzmán. Para Guatemala se inició, a partir de entonces, una de las páginas más sombrías de nuestra historia que se prolonga hasta hoy. En el mundo estaba en pleno apogeo la Guerra Fría. Andando el tiempo, el neoliberalismo acentuó la desigualdad e inequidad económica y social, el muro de Berlín fue derribado, se disolvió la Unión Soviética y desapareció el sistema mundial del socialismo.

Ricardo Rosales Román
\ Carlos Gonzáles \


La historia parecía que marchaba hacia atrás y que lo que se inició con el Consenso de Washington consolidaba la dominación del capitalismo, la hegemonía del imperio en escala global y la instauración de un mundo unipolar. Sin embargo, no fue así. La realidad se fue configurando de manera distinta. La situación mundial tendió a ser cada vez más favorable a los pueblos y países del planeta.
    
     En nuestro Continente, el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959, da paso a una nueva situación. A finales del siglo XX y comienzos del presente, empieza a hablarse del cambio de época. La instauración de un gobierno popularmente electo en Venezuela, presidido por el recientemente fallecido Presidente Hugo Chávez, y los triunfos electorales de Evo Morales en Bolivia y del Presidente Correa en Ecuador, constituyen el desencadenamiento de los cambios estructurales, de fondo, en América Latina.
    
     En ese marco, cobra particular importancia la lucha de los demás pueblos de América del Sur. En Centroamérica, el FMLN asume el poder en El Salvador mediante un proceso electoral de amplia participación social y popular. La heroica lucha de resistencia del pueblo hondureño ante el golpe que depuso al Presidente Zelaya y, actualmente, contra el gobierno del Presidente Lobo, contribuye a articular una mejor situación en el área.
    
     Después de la independencia de Argelia y Angola y de la puesta en libertad de Nelson Mandela, África deja de ser el traspatio colonial de los esclavistas europeos de entonces. En Irak y Afganistán, la Casa Blanca no ha logrado estabilizar a los gobernantes impuestos y no parece tener otra alternativa que no sea la salida de sus tropas de ocupación y el abandono de esos territorios.
    
     La Primavera Árabe abre un capítulo inédito en la lucha contra regímenes autoritarios y despóticos. En las capitales y otras ciudades de Europa y Estados Unidos, la crisis económica y financiera, deriva en acciones masivas en repudio a las medidas de austeridad impuestas a fin de impedir la debacle de la banca internacional y la cada vez más generalizada recesión mundial. Su referente histórico lo constituye el Movimiento de los Indignados.
    
     Entre tanto, la República Popular China emerge como la más grande potencia socialista del mundo de hoy.
    
     En el momento actual, cabe destacar, además, la lucha antigubernamental del pueblo turco, así como también las atípicas y multitudinarias movilizaciones en Brasil. En ambos casos, son la continuación de la ola de indignación que conmociona al mundo entero y una manifestación más del cambio de época en que se está.
    
     En el caso de Brasil, el analista Atilio A. Borón, se pregunta si no es que se está en presencia de un nuevo ciclo de luchas populares. Su análisis se puede encontrar en Rebelión, de este lunes 24 de junio. Le sería útil que lo pudiera consultar, estimado lector.