El que venga atrás, que arree


Siempre me gusta comparar sucesos de la vida diaria con los refranes, pues así­ como hay algunos que encierran mucha sabidurí­a y conocimiento de la conducta humana, hay unos que según mi pobre entender demuestran indolencia, irresponsabilidad, escoger lo más fácil, vamos a ver que pasa, etc., etc. que es aplicado a aquellas personas que escogen dejar de hacer, o hacer lo más fácil, ante los problemas y querer arreglarlos con parches.

Guillermo Castañeda Lee, R-19 No. 997, Teculután, Zacapa

Toda esta introducción es debido a los problemas de pobreza y de extrema pobreza que afecta a gran parte de la población de Guatemala, que en nuestro afán de arreglar la situación, lo que en realidad hacemos es que nos gastamos todos los recursos poniendo parches, porque eso es más rápido y de momento pareciera que el arreglo nos salió barato, pero no nos ponemos a pensar que en los años que siguen, habrá que poner muchos más parches y el problema allí­ estará presente, al extremo que ya los recursos no serán suficientes para poner tanto parche y todo se derrumba.

Por eso es que soy enemigo de las famosas pensiones de Mi Familia Progresa, por eso creo que no llenan su cometido las famosas bolsas con alimentos, no porque no crea que muchas de las gentes que las están recibiendo, verdaderamente las necesitan y estarán haciendo buen uso de lo que reciben, sino porque el problema seguirá allí­ y cada dí­a será más grave, si hoy son decenas de miles, el dí­a de mañana pueden ser centenas de miles, hasta que finalmente venga la debacle, pero decimos, ese no es nuestro problema, el que venga atrás, que arree.

Se dice que se localizaron los 45 municipios mas pobres del paí­s, que bien si fuera cierto, eso quiere decir que sólo faltaba determinar que es lo que se podrí­a hacer o producir en cada una de esas regiones, con la ayuda económica y técnica gubernamental, con este empujón, al poco tiempo las familias estarí­an generando sus propios ingresos, pero no se está generando nada, ni se generará en el futuro.

Por eso es que pongo el ejemplo del conquistador don Gaspar de Cepeda, encomendero en Guatemala y alcalde en la ciudad de San Salvador, que los 1,000 pesos oro que mandó a su tierra natal, Fuentes de Ropel, no fue un regalo, sino para que se invirtieran en propiedades que generan renta y la creación de un banco donde se prestara trigo a los pobladores mientras obtení­an sus propias cosechas. Aunque no lo crean, eso fue hace 450 años allí­ está todaví­a el edificio, así­ como allí­ está el agradecimiento imperecedero de sus habitantes.

Como dice otro dicho, se lo digo a Juan, para que lo entienda Pedro, pero el problema es que Pedro no quiere oí­r, pero si oye no escucha, si lo escucha no lo entiende, pero si de suerte lo entendiera, no hace ninguna corrección de rumbo, pues él lo que busca no es que las instituciones perduren, sino que digan qué bueno es y habrá que apoyarlo en la próxima campaña electoral. Tomen nota que digo, que bueno es y no digo que bueno fue, pues dentro de unos 10 años, ninguno se acordará de esos parches.