Al acabar el encuentro frente al Dinamo de Zagreb, José Mourinho, muchísimo más relajado que antaño en las ruedas de prensa, felicitó a su equipo por el «hambre» exhibido.
«He visto un equipo con hambre». Con estas palabras, el técnico del Real Madrid, José Mourinho, resumió, en rueda de prensa, la poderosa actitud mostrada por su equipo frente al Dinamo de Zagreb (6-2). Su sentencia se ajusta a la realidad como si de un guante se tratase porque el despliegue, la potencia y el poderío que el Real Madrid exhibió frente a los croatas es inherente a un equipo tremendamente hambriento.
Hambriento de alegrías, de títulos y de reducir distancias con el eterno rival, el Barcelona. Ante los azulgranas, precisamente, se enfrentarán el próximo 10 de diciembre y ese día se calibrarán fuerzas y se medirá el verdadero alcance de este Madrid.
Hasta que la trascendental cita se produzca, el equipo madridista continúa mejorando en su juego combinativo sin perder ni un ápice de su casta y una pegada tan extrema que le permitió endosar tres goles al Dinamo de Zagreb en tan sólo nueve minutos. Aunque es cierto que el equipo croata saltó al césped del Santiago Bernabéu adormecido y que la distancia futbolística que le separa con el Real Madrid es kilométrica, no merece el conjunto blanco que le resten méritos tras una goleada muy significativa.
Significativa porque Iker Casillas, Pepe y Cristiano Ronaldo no jugaron ni un minuto, porque Mesut í–zil, Xabi Alonso y Sergio Ramos descansaron en la segunda mitad y porque Gonzalo Higuaín y Karim Benzema demostraron que pueden jugar juntos y ofrecer excelsos resultados.
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La mejor prueba de ello quedó reflejada en el segundo tanto anotado por el francés (minuto 66) y que nació fruto de una interesantísima jugada de asociación entre Benzema y el Pipita. Los dos delanteros demostraron que pueden complementarse a la perfección mientras José Callejón, acostumbrado al banquillo, se reivindicaba con otros dos goles.
La hambrienta sed goleadora de los jugadores del Madrid contrastó con el hambre de rodaje de Nuri Sahin, que se estrenó en Europa con el Real Madrid. El amplio resultado le permitió acumular rodaje sin presiones y tras una larga lesión que le ha restado ritmo y tino. «Juega sin ritmo, sin confianza, con una intensidad más baja, enseñando algunos detalles de su calidad. Este partido le ha venido de maravilla. Pensé en darle menos tiempo, pero, como vimos que estábamos controlando el partido, en el descanso le he dicho que jugaría los 90 minutos», expresaba Mourinho tras la goleada frente al Dinamo de Zagreb.
Y no le faltó razón. Igual que también acertó haciendo referencia al «hambre» de un Madrid que sigue creciendo.