El próximo gobierno


Urbano Madel

A la luz de los astros, el próximo gobierno será el picaporte que puede abrir la puerta hacia un apocalí­ptico panorama polí­tico, económico y social, y si no dispone de una racional capacidad de poder para consolidar positivamente las necesidades de las clases desposeí­das y los sin techo.

Desde luego los candidatos presidenciales que participarán en la segunda vuelta electoral el 4 de este mes no tienen la culpa del dramático panorama que se viene encima del paí­s en los próximos años. La responsabilidad está en el pasado, en el estado de cosas que prevalece desde tiempos históricos. Sin embargo, para lograr la necesidad de un perentorio cambio en la función polí­tica y social no serí­an suficientes las buenas intenciones que pudiese demostrar el próximo gobierno, si finalmente no lograra establecer las mutaciones estructurales necesarias para equilibrar adecuadamente el sistema polí­tico y gubernamental; y que sin descuidar ni dañar las estructuras económicas tradicionales, actúen enérgicamente en favor de los más desposeí­dos, antes de que ollas, palas, y picos y azadones se levanten al grito de La Marsellesa frente a una imagen simbólica de La Bastilla.

El próximo gobierno tendrá que ser un gobierno de plastilina para que una coincidencia de factores sea una realidad consecuente con la nación y sus necesidades.

El ejemplo de la plastilina es porque esta sustancia sirve para aplastar algunas partes y rellenar otras, utilizarse en posiciones que se pueden estirar o acortar; hacer rodajas, cuadrados, cruces y cientos de figuras mas; o que una flor en homenaje a la firma de la paz se pueda convertir en tanque; y lo que antes pudiese haber sido una fresa sea convertida en una aplastada fruta. Desde luego, en esta similitud, la calidad de la plastilina y el calor del ambiente polí­tico son importantes, pero el secreto de su adecuada utilización estará sin duda alguna en las manos del gobernante.