Desde hace un buen tiempo, en mis columnas de Opinión, le he dado seguimiento a las actividades del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Recuerdo un artículo que escribí en Crónica, a mediados de los noventa, sobre «los ratones del IGSS», dado que en ese tiempo tales roedores proliferaban en sus instalaciones. En dicho artículo insté, como lo hago ahora, a reflexionar profundamente sobre el futuro de la Previsión Social en el país, tema éste que forma parte de la agenda no resuelta de nuestra problemática colectiva.
También, por razones que tienen que ver con el tema social, y por pláticas pasadas que tuve con personajes que le dieron luz a tal institución, me ha interesado lo que acontece en la Procuraduría de los Derechos Humanos, siendo que en diversos artículos pasados he comentado lo relativo a los «Derechos de Segunda Generación», que tienen que ver con temas que van más allá de los denominados «Derechos Civiles», o de primera generación.
Mis mensajes han ido a tono con la necesidad de formular propuestas concretas y realistas que ayuden a plantear mejores modelos de organización y financiamiento, con el requisito que las mismas sean creativas, y se ajusten a los nuevos tiempos, tema éste que brilla por su ausencia en las acciones del actual Procurador, que no se quita el sombrero formalista, ni por asomo, presentando recursos de amparo e inconstitucionalidades a diestra y siniestra, tal y como se actúa en este país gobernado desde hace mucho tiempo por decretos. Con ello no defiendo ni por asomo lo actuado por los directivos del IGSS, pero sí recomiendo al defensor del pueblo a plantear acciones más constructivas, en función de la inminente crisis financiera.
Tales inquietudes surgen a raíz que, como ha sido divulgado desde ayer, el actual Procurador Sergio Morales presentó una acción de inconstitucionalidad en contra de los cambios en el régimen de pensiones efectuado por un acuerdo emitido por la actual Junta Directiva del IGSS. Como es peculiar en él, en los considerandos de su acción legal, se aducen pérdidas de beneficios, siendo la preocupación central la subida de la edad de la jubilación, tema éste que también se viene discutiendo en la actual coyuntura de los estados de bienestar del continente europeo.
En el mundo actual las crisis fiscales están a la orden del día, e incluso el presidente socialista Rodríguez Zapatero ha debido plantear una serie de cambios dolorosos en el oneroso sistema de previsión social español, y si los actuarios y expertos están anunciando la inminencia de una crisis financiera en el corto o mediano plazo, lo mejor debiera ser que el Procurador se asesore bien, con su presupuesto bien alimentado que tiene del Congreso, para entender, dialogar y plantear una propuesta alternativa de previsión social para Guatemala.
Es vital, durante la presente campaña electoral, que los políticos y quienes dirigen las instituciones al más alto nivel, y sobretodo quienes aspiren a nuevos cargos, enfrenten con más elegancia y criterios técnicos la gravedad de los males que nos aquejan, y asuman más una actitud de estadistas que de representantes formales del poder, amenazando con acciones legales, pues el Derecho no debe ser obstáculo para el cambio social, sino parte de las normas que consoliden innovación social.