José Luis Hernández
El representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Willem Van Millink Paz, fue abordado sobre los altos precios de los alimentos que el experto atribuye no solamente al encarecimiento del petróleo, sino también a otros factores que aunados a los altos índices de pobreza, 51%, y extrema pobreza 15% , que en el área rural es del 24% y desnutrición crónica del 49% conduce a pensar que el panorama para los guatemaltecos es desalentador. En esta entrevista, el funcionario comenta, sin embargo, que en Guatemala no se puede hablar de hambruna, porque disponibilidad de alimentos hay, lo que no existe, afirmó, es acceso a los mismos.
Pregunta: ¿Cómo visualizan ustedes como PMA el impacto que tiene la crisis en Guatemala?
Respuesta: No había necesidad de ser un genio para deducir que las personas más pobres iban a tener más problemas con el aumento de los precios que ya se han producido. En Guatemala vemos un país rico comparado con los países vecinos. Vemos un ingreso per cápita entre US$2,200 y US$2,400, cuyo indicador en Honduras y Nicaragua es por debajo de los US$900 y US$700 respectivamente.
Pregunta: ¿La desigualdad es otro factor que debe considerarse?
Respuesta: La desnutrición crónica en Guatemala es del 49%, aunque algunos lo redondean en el 50%. Hablan que uno de cada dos niños menores de cinco años padece de desnutrición crónica, mientras que en Honduras este flagelo es del 25% y en Nicaragua del 20%. Entonces lo que vemos en Guatemala es que estos indicadores negativos confirman que existe vulnerabilidad que es producto de la desigualdad, que es otro factor que se debe considerar para revertir ese rezago social.
Pregunta: ¿Quiénes son los más vulnerables?
Respuesta: Los jornaleros, porque a quienes les pagan el salario mínimo, no les va alcanzar como antes. Quizá los pequeños productores que tengan algún apoyo para sacar su cosecha van a tener frijol y maíz por unos seis, siete u ocho meses y después se dediquen a buscar trabajo afuera, pero los que solo disponen de su mano de obra para venderla son los más vulnerables.
Nos preocupan más los jornaleros y quienes viven en las áreas peri urbanas, donde la gente no tiene tierra para producir, prácticamente dependen de las oportunidades de empleo.
Pregunta: ¿Sobre el riesgo de una hambruna?
Respuesta: Nosotros tenemos mucho cuidado con la palabra hambruna. En el contexto de Guatemala no la vemos. Vemos casos muy difíciles que necesitan apoyo, pero hambruna no, porque la hambruna como tal es la ausencia de alimentos y la gente que se muere de hambre.
Pregunta: ¿Los decesos por desnutrición crónica no equivalen a morir por no alimentarse?
Respuesta: No, si un niño se muere por desnutrición severa no sería lo mismo de hambruna para nosotros. Para declarar hambruna tiene que recorrer cientos de kilómetros para encontrar alimentos, pero en Guatemala a la vuelta de la esquina encuentra alimentos, que también exporta. Existe déficit en algunos productos que se tienen que importar, como trigo, maíz y arroz, pero también hay intercambio, exporta verduras, frutas. Hay suficientes alimentos, entonces el problema no es disponibilidad, sino acceso.
Pregunta: ¿Cómo definiría usted los niveles de hambruna en Camotán y Jocotán denunciados por la prensa en esos municipios de Chiquimula hace algunos años?
Respuesta: Las razones por las que se muere un niño pequeño en la mayoría de los casos se debe a un problema de salud, reforzado por un problema nutricional. ¿Qué fue primero?, ¿el huevo o la gallina? Si el niño desnutrido enfermó y no pudo reaccionar bien a una enfermedad y murió o al revés. El niño tenía una enfermedad que le causa una diarrea que lo hace desnutrido y no hay intervención para recuperarlo. La mayor parte de los decesos se debe a una combinación de este tipo de situaciones.
Pregunta: ¿Cuáles son las medidas que se pueden implementar para hacer frente a los nuevos desafíos?
Respuesta: Intervención del mercado, ampliar los contingentes, estabilidad de precios voluntarios, apoyo a los pequeños productores, porque los grandes y medianos ven el aumento como una oportunidad, es decir, lo que es malo para los consumidores es bueno para los productores, y el establecimiento de las redes de protección social, y ahí es donde nosotros estamos diseñando con nuestras contrapartes nacionales, mayores intervenciones en salud y educación, a través del impulso de alimentos por trabajo y otros programas como el combate a la desnutrición a través de la distribución de alimentos.
Pregunta: ¿Es suficiente lo que están haciendo nuestras autoridades para preparase mejor?
Respuesta: Guatemala es un país económicamente fuerte para poder enfrentar algunos desafíos de pequeña y mediana magnitud. Los que necesitan ayuda que la reciban, pero que tampoco se convierta esto en un tema de que hay que ayudar a todos. Algunos pequeños productores tienen capital. Esto tiene que ser un negocio, no tiene que ser subsidiado. Debe ser autosostenible.
Pregunta: ¿Qué países están siendo más ingeniosos para enfrentar la crisis?
Respuesta: No le puedo decir, lo que sí sé es que los presidentes centroamericanos están trabajando de manera coordinada para enfrentar los desafíos. Por supuesto las características de los países son totalmente distintas. Por lo que yo veo están tomando los tres mismos tipos de medidas a nivel de mercado, estimulación de productos del mercado agrícola y de redes de protección social.
Pregunta: ¿Cuánto va a durar la crisis?
Respuesta: Las mejores estimaciones son de dos años, es el tiempo que se calcula le va a llevar a las grandes producciones poder reaccionar a los incentivos del mercado: los productores van a producir más, los precios están más altos, van a dedicar más insumos y tierras para producir.
Pregunta: ¿Qué originó las alzas?
Respuesta: Durante el siglo XX los precios de los alimentos disminuyeron en términos reales, pero a partir del año 2000 empezaron a subir y más recientemente conjugado con la demanda de algunos productos de consumo básico para producir biocombustible. El alza del petróleo que influye en toda la cadena productiva, las grandes demandas de China y la India que con un avance económico considerable les permite consumir más y mejor y la especulación en los mercados internacionales son otros factores que podrían estar influenciando el alza en los precios.