EL PROBLEMA, EL CONFLICTO ARMADO


Jorge Mario Diéguez Pilón, Cédula A 1,103260

La milicia cumplió con su deber: impedir que la subversión armada sustituyera a un gobierno constitucionalmente instalado, por uno irregular, con personas desconocidas y sin planes creativos aceptables, para una nación próspera, de inversión y de trabajo. Nadie puede creer la inexistencia o inculpabilidad de excesos de las partes. Los cometieron, sin duda, y por ello son responsables. Si en los crueles combates se desea inventariar acción alguna como genocidio u otro delito, el tema corresponde ventilarse en los Tribunales. La verdad jurí­dica debe ser investigada y su fallo definitivo debiera ser aceptado.

Las interpretaciones de leguleyos o de interesados a favor o en contra del tema no debieran influir en esto.