El problema de salud (II)


Para llevar salud a estas comunidades dispersas que apenas se enteran de lo que sucede en el gran contexto nacional (una gran mayorí­a no saben que el 9 de septiembre se realizarán elecciones presidenciales) es necesario establecer una ví­a de acceso aumentando considerablemente el número de puestos de salud. Luego, lo más importante, creando las llamadas Avanzadas de Salud en todo ese territorio inaccesible manejadas por un promotor comunitario entrenado con conocimientos básicos, incluyendo atención de las mujeres embarazadas cuando no exista una comadrona en la comunidad. Este promotor o «extensionista» en salud se estarí­a comunicando con el puesto de Salud más cercano según convenga, en donde encontrarí­a el apoyo necesario para resolver problemas o para evacuar los casos que lo ameriten en búsqueda de una atención más calificada.

Mario Castejón

Esta red de comunicaciones disponiendo de la tecnologí­a moderna y de bajo costo como es el teléfono móvil, puede mantenerse sin mayor dificultad y funcionar en casi el 90% del territorio nacional teniendo en algunos casos necesidad de recurrir a fuentes de energí­a alternas para el mantenimiento de las unidades. Sus resultados dependerán naturalmente de complementarse la red con estaciones de monitoreo a nivel de los centros de salud estableciéndose de esa manera no sólo la asistencia a distancia, sino también el conocimiento de lo que en las comunidades está sucediendo. Los programas de medicina preventiva como son las campañas de vacunación y otros estarí­an siendo manejados por el extensionista en salud de acuerdo con las épocas más adecuadas para realizar esas campañas con el apoyo de su comunidad y el centro de salud correspondiente.

La solución al problema de la desnutrición que camina de la mano del problema de salud, no va a ser posible con recetas de cocina. Implica un cambio del modelo económico que aumente el ingreso per cápita, el ingreso de los jefes de familia para comprar alimentos de alto valor biológico (leche, huevos, carne). Esto es, un modelo económico diferente que el que se ha manejado ancestralmente en el cual se rompa el cí­rculo de la pobreza.

Conclusión: lo más serio del problema de salud en Guatemala es que más de la mitad de guatemaltecos no tienen acceso a la salud porque viven en lugares en donde ésta aunque sean migajas, no llega. De esa suerte en los hospitales departamentales llama la atención que hay camas vací­as. En relación a la desnutrición del niño, de la mujer embarazada y del adulto el cambio es mayor y significa más educación, más salud y más oportunidades debido a que los que se están enfermando y muriendo se encuentran en lugares alejados de las cabeceras departamentales. Asociado a esto, las familias no disponen de alimentos adecuados porque no tienen suficientes ingresos para obtenerlos y sus siembras tampoco lo permiten.

Por otra parte el adulto guatemalteco de todas las edades en gran porcentaje padece de desnutrición crónica debido al aporte inadecuado y el deficiente aprovechamiento de los alimentos. La carencia de hierro en la alimentación del adulto provoca anemia que reduce la actividad fí­sica y con esto la capacidad laboral y productiva. El rendimiento en horas de trabajo del campesino guatemalteco se ve seriamente afectado no por pereza o vocación a la holganza sino por bajo aporte calórico y de hierro, situación que mejora al corregir esta deficiencia. Es fácil entender que la ocupación diaria de la mayorí­a de los guatemaltecos de todas las edades es la sobrevivencia.

La lucha por la subsistencia a nivel de obtener los medios para alimentar a la prole ocupa el potencial de actividad de miles de cabezas de familia en las regiones rurales en donde vive más de la mitad de la población, queda muy poco de potencial humano para dedicar a otras tareas que enriquecen la calidad de vida.

Es necesario incentivar las actividades de investigación de nuestros problemas y realidades. Crear un Instituto Nacional de Salud puede ser el instrumento idóneo para este fin. Se encargarí­a de actividades de docencia y algunas de asistencia además de las propias de investigación. Todo lo relativo a la formación de personal: técnicos, personal de enfermerí­a y promotores de salud, extensionistas y personal sanitario.

Las labores de asistencia propias deberí­an ser las de medicina preventiva: saneamiento ambiental coordinado con las unidades ejecutoras de obras públicas para la introducción de agua potable y drenajes. También se harí­a cargo de las campañas nacionales y regionales de vacunación y del control de enfermedades transmisibles como la malaria, la oncocercosis, el dengue y otras.

Si el problema de salud por si solo es agobiante, el de la desnutrición es un mar sin orillas porque se necesita de todo un cambio del modelo económico que permita una polí­tica salarial diferente, para lo cual es necesario un crecimiento económico sostenido y estos cambios exigen por una parte la mejor voluntad, a veces voluntad heroica, de los gobiernos pasando por encima de los tradicionales intereses económicos y por otra parte también de tiempo pues aún cuando se cumpla con el primer factor señalado, es un cambio que viene a ser generacional y por lo tanto para ver resultados en esa materia se requieren de por lo menos quince años pero hay que principiar y mientras más pronto mejor.

Conocidas las prioridades los programas deben ir dirigidos a mejorar la situación deficitaria de salud en aspectos preventivos y curativos: Fortalecimiento, reacondicionamiento y equipamiento de la red de salud. Extensión de cobertura con énfasis en el grupo materno infantil. Saneamiento ambiental y vigilancia epidemiológica. Implementación de una polí­tica alimentaria nutricional. Formación de recursos humanos.

La Reforma de Salud es una de las propuestas importantes de la UNE y el ingeniero ílvaro Colom y el doctor Rafael Espada le darán prioridad en su Gobierno, muchí­simos guatemaltecos confiamos en ellos.