El príncipe Felipe de Gran Bretaña pasó una tercera noche en el hospital donde se recupera de un tratamiento para corregirle una arteria coronaria bloqueada.
El esposo de la reina Isabel II está de buen ánimo y permanecerá bajo observación durante «un período breve», informaron hoy autoridades del Palacio de Buckingham. No hay detalles de cuándo podría recibir el alta.
El príncipe de 90 años de edad fue sometido a un procedimiento exitoso para colocarle una cánula coronaria en Papworth, un hospital especializado en afecciones cardiacas en Cambridgeshire, adonde fue trasladado el viernes tras quejarse de dolores en el pecho.
Ha sido el mayor problema de salud que ha sufrido el príncipe, conocido por ser una persona robusta y activa. Ha seguido participando en muchos compromisos a pesar de su avanzada edad, y recientemente efectuó un viaje de 10 días a Australia con la reina.
Se preveía que no asistiera el lunes a la tradicional fiesta de la familia real por el día de San Esteban en la hacienda Sandringham de la reina en Norfolk, un evento que suele encabezar.
Seis de los nietos del príncipe Felipe, entre ellos los príncipes Guillermo y Enrique, lo visitaron el domingo en el hospital.