El príncipe soberano de Mónaco, Alberto II, hijo de los difuntos Rainiero y Grace Kelly, y su novia, la nadadora sudafricana Charlene Wittstock, se darán el «sí quiero» a principios de julio de 2011.
Más de medio siglo después de la fastuosa boda de sus padres, el príncipe Alberto II de Mónaco se casará por lo civil con Charlene Wittstock el viernes 8 de julio de 2011 en el palacio principesco y por la Iglesia el 9 de julio, anunció el jueves un comunicado de la Casa del Príncipe monegasca.
El casamiento religioso se celebrará en Mónaco, en un lugar que «será precisado posteriormente», indicó el Palacio, un mes después de anunciar el compromiso del príncipe Alberto, de 52 años, con la nadadora sudafricana de clase media, Charlene Wittstock, de 32 años.
En la Casa del Príncipe son de momento discretos sobre los detalles de la celebración, pero nadie duda de que será un evento para recordar.
«Por lo que se ha filtrado, se dice que el Príncipe quiere que sea una hermosa y gran fiesta», indicó una fuente cercana al Principado.
«Se pueden imaginar festejos durante 48 o 72 horas. Habrá una esfera oficial y otras cosas para compartir el evento con el máximo de personas», indicó esa misma fuente.
Durante su acceso al trono del Principado, en julio de 2005, tras la muerte de su madre Rainiero, Alberto II invitó a unas 8.000 personas en la plaza de Palacio y descendió a pie hasta el puerto en medio de la multitud, recordó esa fuente.
La boda principesca, muy esperada por los monegascos, algunos de los cuales aguardan ese momento desde hace 30 años, atraerá sin lugar a dudas las cámaras del mundo entero.
«Es una boda de una considerable importancia (…) Pueden esperarse al menos unos 2.000 periodistas. Mónaco despierta fascinación. Es una fábrica de sueños permanente», estimó el comentarista de la vida de la familia principesca, Stephane Bern, que comentará en directo la ceremonia para el canal de televisión francés France 2.
En su opinión, el «fervor» que despierte la boda de Alberto II y de Charlene podría igualar al que rodeó el enlace de sus padres, Rainiero III y la actriz estadounidense Grace Kelly.
Celebrado los días 18 y 19 de abril de 1956, aquella boda que simbolizó la unión del Principado y de Hollywood y a la que asistieron numerosas estrellas de la época, incluido el cineasta Alfred Hitchcock que fue padrino de la contrayente, fue cubierta por 1.800 periodistas.
La boda, dentro de un año, marcará una hito en la historia del Principado y por supuesto en la vida de Alberto II y de Charlene Wittstock, diez años después de haberse conocido en Mónaco, precisamente, donde la campeona sudafricana de natación nacida en Zimbabue ganó una medalla de oro.
La pareja hizo pública su relación durante los Juegos Olímpicos de Turín en 2006, donde por primera vez se mostraron de la mano. Luego, Charlene acompañó al Príncipe en reiteradas actividades mundanas como el Baile de la Rosa, el Baile de la Cruz Roja o el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco.
Su presencia junto a Alberto II durante el casamiento de la princesa heredera Victoria de Suecia, el 19 de junio pasado, significó para los observadores de las familias reales y principescas europeas una «forma de oficilizar» la relación iniciada años atrás.
Aquel a quien muchos consideraban un soltero empedernido, terminó por confesar semanas atrás que «fundar un hogar y tener niños», será el próximo capítulo del cuento de hadas del Príncipe y la nadadora.