Una mayor transparencia en la toma de decisiones de defensa puede contribuir a formar una ciudadanía mejor informada. La gente puede suponer que la seguridad nacional global los protegerá porque no han sido bien informados de los costos y beneficios de la defensa nacional. Sin embargo sin un debate público abierto sobre el precio y los resultados de los gastos de defensa, las personas se comportarán como abusadores ? al igual que con el aire que respiran suponen que los servicios de defensa se prestarán de todas maneras. Demandarán más caminos u hospitales o servicios educativos que son bienes que pueden apreciar en forma tangible. En cierto sentido el problema de la defensa es similar al de estimar la voluntad que tiene la gente de pagar por el aire limpio ? todos lo quieren, pero pocos están dispuestos a sacrificarse para lograrlo. El papel que cumple el departamento de Relaciones Públicas de un Ministerio de Defensa es por lo tanto muy importante para suministrar buena información pública sobre las inversiones en defensa y lograr que se reconozca la importancia de invertir recursos públicos en defensa.
Dada la interconexión de los sistemas globales, la defensa también puede ser vista como un bien público internacional. Es decir, si un país opta por un nivel de defensa que promueve la estabilidad regional, no hay posibilidad de excluir a los otros países de la región de la participación en estos beneficios. En este sentido, la defensa puede crear exterioridades, donde la acción de un agente (o país) influye en el bienestar de otro. En esta era de globalización, pensar en soluciones regionales o subregionales para los problemas de seguridad puede por cierto promover un ámbito más estable para todos.
Los economistas utilizan los mercados y los precios para responder a la pregunta: qué cantidad se debe producir de un bien dado. Determinar la demanda de defensa es particularmente difícil de estimar debido a su naturaleza de bien público y al hecho de que es el caso clásico de falla del mercado. Dejando de lado la formación de ejércitos privados, paramilitares, y grupos de seguridad privados, el mercado no satisface en forma automática las necesidades de seguridad pública y defensa nacional. Por consiguiente es difícil estimar un precio para la defensa. No obstante, podemos pensar en los factores que afectan la demanda y la oferta de defensa y usar las herramientas de la oferta y la demanda de la economía para poner en claro nuestro pensamiento sobre la magnitud de defensa suficiente y si se produce de la manera más eficiente posible.