El Presidente´ta enojado


El presidente de la República de Guatemala, ílvaro Colom, estaba muy enojado el viernes pasado. ¿Qué le pasó al presidente Colom, él que es tan tranquilo?, ¿él que parece ser un hombre de absoluto control sobre sus actos y sus palabras? ¿í‰l que parece como que si no se inmuta, que nada le perturba su gozo de estar gobernando este paisito tan ingrato con sus gobernantes?

Ramiro Mac Donald

A finales de semana, el hombre más importante en la polí­tica de este paí­s perdió los estribos y dijo cosas muy duras, sumamente severas. Se refirió a sus detractores como «estúpidos». E inmediatamente sus opositores saltaron a la palestra, diciendo que eso, eso… no es conveniente, que esa actitud de llamarlos así­, es in-de-co-ro-sa.

Muchos coincidieron que el presidente Colom perdió los estribos? y dijo algunas cosas de las que no estamos acostumbrados a escucharle a un hombre de su talante y madurez polí­tica. ¿Fue un desliz?, ¿alguien lo hizo caer en una trampa? ¿Qué o quién logró que este hombre, la imagen casi perfecta del polí­tico inmutable, pronunciara algo tan severo como llamar «estúpidos» a sus opositores? ¡Qué feo se escuchó eso en boca presidencial!

Habrí­a que analizar con calma y detenimiento, unas 24 horas antes, toda la Prensa nacional, en especial dos medios de prensa escrita y alguna que otra emisión de un noticiero de televisión por cable, para establecer qué fue lo que le picó tanto el orgullo del mandatario.

Porque, con toda honestidad, llamar «estúpidos» a los opositores polí­ticos o a los columnistas de Prensa, es algo preocupante, poco digno del primer mandatario. Primero, porque ningún opositor (óigase bien) ningún opositor deberí­a llamar a otro de esa manera? porque lo más seguro es que no lo sea. Lo más factible es que sea un malintencionado o esté mal informado, pero estúpido? lo dudo. Eso de calificarlos así­ fue muy, pero muy feo. Más para un Presidente.

Segundo, porque dado el nivel del personaje a quien nos estamos refiriendo, por nada del mundo, fí­jense bien, por nada del mundo debió haber abierto la boca para ofender como lo hizo a sus opositores? o a algunos comentaristas de Prensa. Eso fue realmente incómodo?y aunque cualquier humano comete errores, a alguien que está en su posición le cuestan muy caros esos «yerros». No quiero decir que no los pueda perpetrar, pero si sigue cometiendo esas travesuras polí­ticas, le seguirán pasando la factura? porque ahora la oposición ya sabe por dónde le aprieta el zapato.

¿Qué al Presidente lo manda su mujer?, ¿o qué la mujer del Presidente tiene mal carácter?, ¿eso es algo nuevo?, ¿es algo que nadie le habí­a dicho antes? No? ¿entonces que le pasó al presidente Colom? ¿Qué hormiga le picó el jueves pasado?

Ahora bien, si amaneció como chichicúa porque vio publicado que hay serias sospechas de malos manejos de más de mil millones de quetzales en el programa de Cohesión Social y hay muchí­simas denuncias de irregularidades, primero, demuestre que es falso y luego que se enoje. Pero no antes? porque no son cien pesos.

Un consejo: tenga cuidado con eso de andar diciendo que hay un plan para desestabilizarlo, porque esa es otra trampa en que le están haciendo caer algunos? seguramente los mismos que asintieron que les dijera esas cosas tan feas a la oposición y a algunos comentaristas de Prensa.

Reza un dicho sabio: «El hombre es esclavo de sus palabras, pero dueño de su silencio». Además, que bueno que alguien piense diferente de usted y su señora esposa. Eso es saludable para la democracia.