El preciado írbol del Sexo se extingue en Uganda



«El citropsis desaparece, la gente lo ha utilizado en exceso: ¡es el viagra local!», suelta Robert Kungujje, un guí­a del bosque de Mabira, en Uganda, mientras señala con el dedo el llamado írbol del sexo, muy apreciado por sus propiedades afrodisí­acas.

Las raí­ces del citropsis articulata, utilizadas en decocción, son eficaces «en tres horas», asegura Kasozi Bruham, un campesino de 49 años y consumidor habitual de este brebaje.

Este paisano vive cerca de la Reserva de Mabira, a 50 km al este de Kampala, una de los últimos bosques tropicales húmedos de este paí­s africano.

«Estamos preocupados porque el citropsis se enrarece, aquí­ hay un gran problema de impotencia y la gente tendrá que privarse para comprar un medicamento equivalente», se lamenta.

«En Uganda creemos tener libertad para usar el bosque como un recurso personal», explica Robert Kungujje, guí­a del centro de ecoturismo de Mabira, mientras enseña uno de los pocos especí­menes de citropsis que quedan en la reserva.

Los usuarios del citropsis tienen tendencia a arrancarlo de raí­z y no se acuerdan de plantar otros para garantizar su supervivencia.

«Con el desempleo, los malos hábitos alimentarios, la diabetes y la hipertensión, vinculados al estrés, los trastornos de la erección van en aumento en Uganda (…) por eso la gente utiliza esta planta», afirma Maud Kamatenesi-Mugisha, botánico y especialista en fertilidad.

Alrededor del 80% de la población ugandesa depende de las plantas medicinales para curar sus dolencias cotidianas debido a que los medicamentos modernos son prohibitivos y las clí­nicas se encuentran alejadas de las aldeas.

En medio de los cantos del gitano moteado, un pájaro local, y de los chirridos de las cigarras, Robert se acerca a un ciruelo africano («prunus africana»), también amenazado en Uganda y en el mundo por la sobreexplotación.

Su madera es codiciada y su corteza se usa contra el paludismo y para combatir el cáncer de próstata.

Para evitar su extinción, el centro de Mabira ha creado semilleros y puesto en marcha una campaña de sensibilización a escala nacional.

Pero hasta ahora no se ha tomado ninguna acción especí­fica para salvar al citropsis.

La Reserva de Mabira, en uno de las regiones más ricas en biodiversidad y especies endémicas de ífrica, se extiende en 30.000 hectáreas, que albergan 312 especies de plantas, 315 aves y 218 mariposas.

A pesar de ello el gobierno ugandés habí­a programado transformar un cuarto del bosque en plantaciones de caña de azúcar, unos planes desbaratados a causa de fuertes protestas.