El mercado petrolero, impulsado por la decisión de la OPEP de abstenerse de nuevos recortes de producción y por la caída de los stocks en Estados Unidos, entró en una inesperada tónica de «optimismo» que llevó el barril por encima de los 65 dólares y generó temores de una nueva burbuja especulativa, señalaban el viernes responsables del sector.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se propuso, al decidir el jueves en Viena mantener sus cuotas sin cambios, enviar un mensaje de «optimismo con realismo» a los mercados, explicó el ministro angoleño de Petróleo y presidente de la Conferencia, José Maria Vasconcelos.
«La decisión era esperada; sin embargo, el cauto optimismo que la sustenta representa un cambio importante», apuntaron los analistas de la consultora PFC Energy.
«Hay una creencia generalizada en la organización de que lo peor de la crisis económica ya ha pasado y de que la recuperación está empezando», agregaron.
El secretario general de la OPEP, Abdala el Badri, reconoció sin embargo el viernes que el repunte que la víspera llevó al barril por encima de los 65 dólares obedece más a «un sentimiento alcista» del mercado que a un real repunte de la demanda.
«No vemos que los fundamentos de la economía sustenten (las alzas), excepción hecha de lo que vemos en Asia», señaló.
El responsable alertó contra un retorno de la especulación, que fue determinante para llevar el precio del crudo a 147 dólares en julio pasado, antes del desplome que lo dejó en 32 dólares en diciembre.
«Cuando los precios estaban en 147 dólares, yo no estaba contento. (…) No queremos que eso ocurra de nuevo, y aunque no podamos eliminarlos, no queremos que esos factores sean los principales» en la evolución de los precios, agregó.
El funcionario libio dijo que la «especulación está volviendo a todas las commodities», aunque aseguró que ello no es particularmente palpable en el mercado petrolero.
El jefe de la misión libia ante la OPEP, Chukri Ghanem, dijo sin embargo esta semana que «el retorno» de la especulación podría estar desempeñando un papel clave en el alza de las cotizaciones del barril.
La OPEP, que asegura un 40% del bombeo mundial de crudo, optó en Viena por mantener por lo menos hasta septiembre su tope de producción vigente desde diciembre pasado, de 24,84 millones de barriles diarios (mbd). En el último trimestre de 2008, había retirado del mercado 4,2 mbd, para frenar la caída de los precios.
El ministro de Arabia Saudita, Ali al Nuaimi, cuyo país es el mayor exportador mundial de crudo, se había congratulado ya el miércoles por un alza de la demanda de clientes asiáticos y pronosticó un barril a 75 dólares entre el tercer y el cuarto trimestre, sin necesidad de nuevas intervenciones.
Los análisis de la OPEP a favor del statu quo se vieron respaldados de inmediato por la divulgación de la reducción de los stocks de crudo en Estados Unidos en 5,4 millones de barriles, a 363,1 millones de barriles. Los analistas preveían una reducción de apenas 500.000 barriles.
El elevado nivel de los stocks es visto con preocupación por el sector petrolero, dado que el retorno de esas reservas al mercado amenaza con derrumbar de nuevo los precios.
La noticia hizo saltar el jueves el barril por encima de los 65 dólares por primera vez desde noviembre de 2008.
Los stocks de los países industrializados (grupo OCDE) se sitúan en torno a los 60 días, pero según El Badri podrían contraerse a sus niveles tradicionales de 52 días «antes de fin de año o en el primer trimestre de 2010».
La consultora PFC Energy apunta que muchos delegados de la OPEP «dejaron de caracterizar como especulación los flujos financieros en el petróleo y los definen más bien como inversiones».
«No es un mero cambio semántico», pues esos delegados «perciben los últimos aflujos (de capitales) como estrategias de inversiones a largo plazo, por lo tanto menos susceptibles de provocar modificaciones en las cotizaciones a corto plazo», agregan.
Analistas de la consultora PFC Energy