Los precios del petróleo terminaron la semana en neta baja, con un incremento del desempleo en Estados Unidos que alimentó los temores sobre un nuevo descenso de la demanda del primer consumidor mundial de crudo.
En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de West Texas Intermediate (designación del «light sweet crude» negociado en EEUU) para entrega en octubre cerró en 106,23 dólares, en baja de 1,66 dólares en relación al jueves. En la semana descendió 9,23 dólares.
En el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, el barril de Brent con el mismo vencimiento perdió 2,21 dólares, para terminar en 104,09 dólares, en baja de 9,96 dólares en relación al viernes pasado.
«El mercado reaccionó a las cifras de desempleo, de 6,1% en agosto: ello dio a los inversores una nueva prueba de la desaceleración económica, que podría implicar un nuevo descenso de la demanda», explicó Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.
Luego de que la economía estadounidense resistiera parcialmente en el segundo trimestre, las cifras mensuales de empleo, muy seguidas, reavivaron los temores de una recesión en Estados Unidos.
En efecto, la economía eliminó más puestos de trabajo de lo que preveían los analistas, y el desempleo subió a 6,1%, su nivel más alto en cinco años.
En lo que respecta a la producción de crudo en el golfo de México (1,3 millones de barriles diarios), totalmente interrumpida durante el pasaje del huracán Gustav, «se reanudó» parcialmente, subrayó Lipow.
Según el departamento del Interior estadounidense, cerca de 10% de la producción se reinició este viernes.
Las interrogantes del mercado se orientan ahora hacia la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que se realizará el martes próximo en Viena.
El cartel, que provee cerca de 40% de la oferta mundial de crudo, debería mantener su actual nivel de producción, aunque algunos de sus miembros favorecerían una reducción, con el objetivo de detener la caída de las cotizaciones.