El flamenco, «el más elitista de los artes populares», como lo definió el compositor Igor Stravinsky, es objeto de una exposición en el Gran Palais de París, que revela su transformación en emblema de la cultura española y su relación con las vanguardias artísticas.
La muestra «La noche española: flamenco, vanguardia y cultura popular, 1865-1936», inaugurada el viernes en presencia de los ministros españoles de Asuntos Exteriores, Miguel íngel Moratinos, y de Cultura, César Antonio Molina, será abierta al público del 5 de julio al 31 de agosto próximos.
A través de un recorrido esencialmente cronológico y unas 150 obras –pinturas, dibujos, grabados, esculturas, pero también extractos de películas-, «La noche española» permite comprender cómo esta expresión popular andaluza se transformó en elemento emblemático de la cultura española en la segunda mitad del siglo XIX, pero también en véctor de modernidad que influyó en las vanguardias artísticas y a su vez fue influenciado por ellas.
Desde la representación de guitarristas y bailarinas por artistas extranjeros como Edouard Manet, Gustave Courbet, Edgar Degas o John Singer Sargent, hasta la utilización de la guitarra como elemento pictórico de predilección de las nuevas corrientes a principios del siglo XX, en particular el cubismo, con cuadros de Picasso o Juan Gris.