La semana pasada inicié una serie de artículos que pretenden traer a discusión la propuesta de Manuel Baldizón, candidato del partido LIDER, de “refundar†el Estado de Guatemala a través de reformar la Constitución Política de la República, mediante la promoción de mesas de diálogo, a las que serían invitados todos los sectores y cuyo fruto sería el listado de reformas a nuestra Constitución para ser conocidas posteriormente por una Asamblea Nacional Constituyente (ANC); todo esto, por supuesto, en el hipotético caso de que Baldizón ganara las elecciones presidenciales del próximo 6 de noviembre, y de esa cuenta a partir del 15 de enero del 2012, un día después de su toma de posesión, iniciara con esta labor.
Sobre las elecciones presidenciales que se avecinan, la mayoría de encuestas (si aún hay quien crea en ellas) estiman que los votos se dividirán con una diferencia a favor del candidato que encabeza las mismas, Pérez Molina, de entre 10 y el 12% de los votos; por su parte, las que favorecen a Baldizón indican que este resultaría ganador con un margen mucho menor (3 a 5%), en ese orden de ideas, y dado que Baldizón es quien promueve esta “refundación†de Estado, nos encontraríamos el 15 de enero próximo con un Presidente que ha sido electo por un cincuenta y poco por ciento de los votos emitidos, con un país en consecuencia dividido y lo más grave encabezado por un Presidente que ha cohesionado, en lo que ha dado por llamar la Cruzada por Guatemala, a una serie de partidos e individuos de lo más variopinto, los cuales han tenido desde hace mucho tiempo su propia agenda e intereses y a quienes difícilmente pueda unificar en un escenario distinto al electoral que vivimos hoy.
Bajo esa perspectiva y dado que Baldizón ha manifestado su interés en que la refundación pase por una ANC, entiendo que sus reformas van mucho más allá de las que por ejemplo hoy promueven en conjunto las universidades de San Carlos, Rafael Landívar y la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), reformas que se circunscriben a los temas de seguridad y justicia y por lo tanto son susceptibles de ser aprobadas por el voto favorable de dos terceras partes de los diputados al Congreso de la Republica y ratificadas posteriormente por una Consulta Popular. Por el contrario, las intenciones del candidato de Lider al parecer son más profundas y pretende reformar también Derechos Humanos e Individuales, razón por la cual el nuevo Congreso debería de convocar a integrar una ANC a la que entiendo, Baldizón enviaría el resultado de las reformas que propone, ANC que por supuesto podría modificar, ampliar, limitar o hacer lo que desee con el listado de reformas que reciba, pues el pueblo a través del voto, delegaría en los Constituyentes su soberanía.
En consecuencia el país se estaría enfrascando en nuevas votaciones para elegir Constituyentes a escasos meses de haber concluido el presente proceso electoral, convocado en medio de una división partidaria y como punto final de una promesa de campaña, escenario que veo distinto al ideal para plantear reformas a la Constitución y que difícilmente puede ser considerado como el mejor momento para hacerlo.