El patrio ardimiento


Editorial_LH

Ayer estuvo de visita en La Hora el Embajador de los Estados Unidos en Guatemala, Arnold A. Chacón, un diplomático de carrera con amplia experiencia y especializado en temas de América Latina. En su breve estadí­a en Guatemala le ha llamado poderosamente la atención la forma en que la juventud de Guatemala se involucra en los asuntos públicos, tomando como referencia el entusiasmo con el que son parte del proceso electoral, sea como voluntarios en las mesas y centros de votación o como activistas de partidos polí­ticos y hasta candidatos.

 


Le comentábamos al Embajador que hacemos votos porque ese mismo entusiasmo se traduzca en, como dice nuestro Himno Nacional, en un patrio ardimiento que les haga ser constantes en su interés por las cosas del paí­s y que se entienda que la ciudadaní­a se tiene que ejercer todos los dí­as de la vida para construir un auténtico modelo democrático. Es un hecho irrefutable que en las elecciones surge un especial deseo de ayudar y participar, especialmente si lo vemos en el lado cí­vico de la participación en apoyo al proceso en mesas electorales y logí­stica del dí­a de elecciones, pero hasta hoy ese entusiasmo ha sido siempre efí­mero y desaparece cuando se termina el recuento de los votos.

En muchos lugares del mundo se está dando un resurgir de la participación ciudadana y Estados Unidos no ha sido la excepción. En las últimas elecciones la juventud y muchas personas independientes, sin afiliación polí­tica, se sumaron a la especie de cruzada que dirigió el candidato demócrata Barack Obama quien logró un importante triunfo que lo fue más grande porque recaudó fondos de una manera en que rompió con el molde del poder de los grandes inversionistas en campañas. Hoy, los republicanos tienen en su Tea Party una fuerte expresión del ciudadano de la calle que se involucra activamente en las cuestiones polí­ticas y, desde su perspectiva, condicionan a los polí­ticos.

Guatemala está urgida de una juventud que se encienda en patrio ardimiento para ser parte de la transformación de nuestro sistema y modelo polí­tico. Esa gente que con tanto entusiasmo se apunta para ir a los centros de votación, tiene que entender que su patria les demanda más. Se les exige en un momento crucial de la historia, ser actores en una sociedad que tiene que presionar a los dinosaurios polí­ticos para forzar a los cambios que ellos se resisten a realizar porque significarí­an terminar con sus privilegios y ventajas.

En la ví­spera de la Fiesta Patria por excelencia, vale la pena invitar a los jóvenes a reflexionar sobre su papel en la construcción de la Guatemala que tanto ansiamos todos.