Mientras el aspirante demócrata a la Casa Blanca y senador por Illinois Barack Obama trata de dejar huella en la escena nacional, su pasado le pisa los talones.
Controversias ligadas al pasado de Obama ayudaron a su rival Hillary Clinton a hacerse con una victoria de dos dígitos la semana pasada en la primaria clave de Pensilvania (noreste).
Obama fue acusado de elitista tras decir que la gente de los pequeños pueblos se aferró a las armas y a la religión debido a la amargura de décadas de empleos perdidos.
Por otra parte, tanto Clinton como el candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, cuestionaron el patriotismo de Obama destacando sus vínculos con su ex pastor Jeremiah Wright, que protagonizó encendidos discursos sobre el país y la raza.
Y estos ataques son susceptibles de incrementarse si Obama gana la investidura del partido, según analistas.
Pero lo que importa es si los ataques lograrán alejar a los votantes favorables a Obama o si ayudarán simplemente a motivar a la base republicana, dijo Mark Hansen, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Chicago.
«La cuestión es por quién se declinará la gente en el medio», añade Hansen. Hay mucho más barro para ser lanzado a Obama, dicen los analistas.
«Sus rivales, especialmente conforme se acerque a las elecciones generales, tratarán de asociarlo a gente con pasados controvertidos», advirtió el columnista político del Chicago Sun Times, Lynn Sweet.
Aunque el elemento de su pasado que más ha dañado hasta ahora la carrera a la Presidencia del senador fueron declaraciones de su ex pastor Jeremiah Wright.
Videos con sermones de Wright de hace años, donde ataca el «terrorismo» estadounidense e israelí, en los que incita a los negros a cantar «Dios condene a Estados Unidos», y en los que acusa al gobierno estadounidense de esparcir el sida, se difundieron rápidamente por internet y las televisiones, obligando a Obama a defenderse y proteger su candidatura a la nominación del partido.
El senador por Illinois se distanció ayer, una vez más, de los comentarios de Wright.
«No estaba en la iglesia cuando los hizo, pero también sé que no voy a la iglesia a rendir culto al pastor, sino a rendir culto a Dios», dijo Obama en la cadena de televisión Fox News.
Mientras que la controversia sobre su polémico ex pastor se mantiene, el senador escapó de los daños que podía haberle causado su amistad de largo tiempo con el corredor de bienes raíces y recaudador de fondos políticos Tony Rezko, actualmente en proceso por soborno y tráfico de influencias.
Obama no está acusado de ninguna actividad delictiva, y donó todos los fondos recaudados por Rezko a obras de caridad, pero está en la mira por un negocio de tierras con el corredor.
Ayer, el aspirante a la Casa Blanca tuvo que responder de nuevo preguntas sobre su relación con Bill Ayers, fundador a fines de los 1960 del grupo radical Weather Underground que puso bombas en edificios gubernamentales para protestar contra la guerra de Vietnam.
La Corte Suprema de Estados Unidos decidió hoy que los estados de la Unión tenían el derecho de exigir la presentación de un documento de identidad para votar, un caso con fuertes connotaciones políticas, a poco más de seis meses de la elección presidencial.
Por seis votos contra tres, la Corte Suprema validó una controvertida ley del estado de Indiana (norte) que exige la presentación de un documento de identidad entregado por un organismo público: pasaporte, permiso de conducir, cartilla militar.
Alrededor de 43 mil de los 4.7 millones de habitantes de Indiana en edad de votar no tienen pasaporte ni permiso de conducir. Se trata sobre todo de personas de la tercera edad que viven en los barrios más pobres o que pertenecen a minorías étnicas. Como esas personas tienen tendencia a votar a los demócratas, el debate está altamente politizado.
«Los elementos del caso no son suficientes como para cuestionar a priori el conjunto de la ley», anuncia la Corte en su decisión, redactada por el juez John Paul Stevens, quien no excluyó que la justicia vuelva a pronunciarse si se demuestra que a alguien se le impide votar.
Estados Unidos carece de un documento nacional de identidad y tradicionalmente los funcionarios de los centros de votación se limitan a verificar que la firma del elector corresponde a la consignada en su registro para evitar que alguien vote por otro.
Pero en el marco de la modernización de los procedimientos emprendidos tras la controvertida elección presidencial de 2000, cerca de la mitad de los estados promulgaron leyes que obligan a los electores a presentar un documento de identidad, a pesar de que en la mayoría de los estados basta con una certificado de biblioteca.