El papa Benedicto XVI consideró «un poco complicado» un viaje suyo a China, respondiendo así indirectamente a la Iglesia católica oficial china que había afirmado este martes que deseaba recibirlo en Pekín.
«No puedo decir nada en estos momentos. Es un poco complicado», respondió el Papa, quien se encuentra de vacaciones en los Dolomitas (norte de Italia), a periodistas que lo interrogaron sobre la posibilidad de que efectuase un viaje a China.
Pocas horas antes, el vicepresidente de la Asociación Católica Patriótica de China, Liu Bainian, había afirmado que los fieles chinos esperaban recibir al sumo pontífice en Pekín.
«Yo espero con todas mis fuerzas poder ver un día al Papa, aquí en Pekín, celebrar la misa para nosotros los chinos. Yo deseo enviar al Santo Padre un saludo especial: que sepa que nosotros siempre rezamos por él y para que el Señor nos otorgue la gracia de recibirlo entre nosotros», afirmó Liu en una entrevista publicada por el diario La Repubblica.
Esta actitud extremadamente positiva de la Iglesia católica oficial, opuesta a «la de las sombras» que siempre fue fiel a los Papas, tuvo lugar después de la carta que Benedicto XVI envió el 30 de junio a todos los católicos chinos, en la cual pide «a los fieles que sean buenos ciudadanos, colaboradores respetuosos y activos en favor del bien común de su país».