Profesionales en salud mental ven con preocupación el actuar de la población ante la violencia en el transporte público, quienes se convierten en presas del pánico y no piensan con claridad, causándose daño.
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El hecho más reciente sucedió esta mañana, cuando un bus de la ruta 72 fue tomado por asalto en el Anillo Periférico y 14 calle, zona 11.
El pasajero José Quino Toc, de 35 años, quien viajaba en la unidad de transporte, entró en histeria y se lanzó del vehículo en marcha; los delincuentes, ante esa actitud, le dispararon en la pierna y huyeron. El herido fue trasladado a un centro asistencial por los Bomberos Municipales.
Este no es el único hecho, pues ayer, en el ataque a un bus del TransUrbano en la avenida Petapa, zona 12, un grupo de usuarios rompió el vidrio de una ventana al escuchar las detonaciones de arma de fuego, creyendo que podrían huir de esa manera.
De acuerdo con Marco Antonio Garavito, director de la Liga de Higiene Mental, la situación es preocupante, porque los ciudadanos no miden el daño que pueden causarse con estas actitudes.
El profesional explica que esta espiral de violencia en algún momento afecta, pero después puede llegar al extremo que se evade hasta el punto de dormirse en el bus, o peor aún, podría convertirse en una costumbre, indica.
Garavito destaca la importancia de no convertir el flagelo en cotidianidad, sino exigir a las autoridades que desempeñen un papel responsable en el tema de la seguridad, porque ninguna cultura está condenada a ser violenta.