En todos los paí­ses del mundo hay una sede de gobierno; en Argentina está la Casa Rosada, en Chile la Casa de la Moneda, en México la Residencia de Los Pinos, en Estados Unidos la Casa Blanca, ¿y en Guatemala?. No es posible que a estas alturas de la vida los gobernantes guatemaltecos sigan con la cobardí­a y aún se mantenga la idea de huirle a la circunstancia de ver al pueblo manifestando frente a la sede del poder.

Durante el Gobierno del ex presidente ílvaro Arzú se decidió darle una función diferente al Palacio Nacional y se le designó para ser la sede de exposiciones artí­sticas y actividades ajenas a la representación que ostenta dicho edificio. De fondo, el motivo para «desgranar» al Gobierno fue, evitar las manifestaciones populares y las encerronas que sufrieron algunos gobernantes y sus ministros cuando el pueblo copó las entradas y salidas de dicho edificio.

Los ministerios de Estado fueron instalados en edificios rentados y en diferentes puntos de la ciudad con el objeto de mantener fuera del perí­metro del Centro Histórico las posibles marchas y protestas sociales; sin embargo, el pueblo sigue manifestando su descontento frente al Palacio Nacional porque lo sigue considerando la sede del Gobierno. Aparte de ello, hay que considerar, también, que la hipocresí­a gubernamental ha deseado presentar ante el mundo una imagen de «paz» social en Guatemala, puesto que de hecho, se pretende considerar que dicho edificio es únicamente un museo.

Considero que al Palacio Nacional de Guatemala, DEBE SER LA SEDE DEL GOBIERNO DE LA REPíšBLICA, porque es el edificio construido y diseñado para ese fin especí­fico; que ahora por el crecimiento burocrático no quepan todos los Ministerios y Secretarí­as de Estado es otra cosa. Pero la Presidencia de la República y los Ministros de Estado DEBEN estar en un solo edificio para tener una mejor coordinación de sus actividades con la Presidencia de la República.

Algunas personas han de pensar que la medida de trasladar los ministerios a otros edificios fue para evitar actos de terrorismo, de sabotaje o un posible secuestro masivo al estilo del que protagonizó la guerrilla en Bogotá. Ahora estamos en tiempos de «paz» y esos temores ya no tienen vigencia. Guatemala necesita recobrar su identidad polí­tica ante la población nacional e internacional y ASí COMO SE REVIRTIí“ DE MANERA PARCIAL LA MEDIDA DE QUE EL QUETZAL ESTUVIERA REPRESENTADO POR UNA PALOMA EN LAS MONEDAS, asimismo DEBE pensarse en que el Palacio Nacional de Guatemala retome su calidad como SEDE DEL GOBIERNO.

Uno de los significados de la palabra DEBER, según el DRAE es: «Tener por causa, ser consecuencia de» en otras palabras, el Palacio Nacional de Guatemala tuvo por causa ser la SEDE DEL GOBIERNO, por lo tanto, DEBE SEGUIR SIENDO LA SEDE DEL GOBIERNO PORQUE PARA ESE FIN U OBJETIVO FUE CONSTRUIDO.

Nos quejamos de no tener identidad como guatemaltecos porque somos varias las etnias y/o grupos sociales que conformamos la sociedad, y como corolario, un gobernante analfabeta funcional nos quitó una identidad nacional. ¡ALIVIADOS ESTAMOS!