El paí­s no es juego


Editorial_LH

Formalmente todos los guatemaltecos tienen derecho a elegir y ser electos, pero cuando uno observa a ciertos candidatos no puede sino darse cuenta de la irresponsabilidad de partidos polí­ticos que postulan a gente sin la menor preparación ni idea de lo que significa el ejercicio de la función pública. Y no hablamos de candidatos a alguna concejalí­a, a una diputación o al inútil Parlamento Centroamericano, sino de la misma Presidencia de la República y es patético ver que haya gente que pueda haber tenido el irrespeto a la población de hacer ciertas postulaciones de aquellas de las que, al escucharlas, provocan en el auditorio sensación de pena ajena.

 


En nuestra historia ya hemos visto que es muy alto el riesgo de que se termine eligiendo a algún ignorante, incapaz y carente de talento para saber o, peor aún, para aprender. De hecho, nuestro pueblo es tan poco selectivo que ya ha llevado a ejemplares así­ a la Presidencia de la República, lo que explica en buena medida por qué estamos como estamos.
 
  Y es que hay gente con poder que se hace la ilusión de que postulando a un ignorante pueden convertirse en efectivo poder tras el trono y por ello buscan a gente que posiblemente sea de buena fe, pero que no agarra una vaca en un elevador. Candidaturas así­ hay en esta contienda y debiera provocar la indignación de la gente el que haya dirigentes partidarios que sean tan irresponsables de postularlas, aun exponiendo al personaje al mayor de los ridí­culos cuando se ve que no tienen ni la menor idea de lo que están hablando y de por qué los pusieron allí­.
 
  Si estuviéramos en un entretenido juego de mesa estarí­a bien porque, al fin y al cabo, en esa situación la tonterí­a provoca la risa y diversión que es el objetivo final del juego. Pero el paí­s no es un juego, se trata de cuestiones demasiado serias porque estamos hablando de la diferencia entre la vida y la muerte, sea por temas como el de seguridad o por los de salud y educación que también cobran muchas vidas y por ello es imperativo expresar el repudio más enérgico ante partidos que tienen la osadí­a de faltarle el respeto a la población con propuestas que ni siquiera llegan a chiste.
 
  Cada elección debiera servir para elevar el estándar de los participantes y de esa manera contribuir al fortalecimiento de un sistema polí­tico que permita al ciudadano escoger mejor cada vez. En cambio, pareciera que vamos como el cangrejo porque en realidad hay candidaturas que son un insulto a la responsabilidad ciudadana.

Minutero:
Elegir y ser electo
 es un derecho directo
 que aplicado por parejo
 hasta da luz verde al pendejo