El pago de las facturas electorales


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El presidente electo de Guatemala, general Otto Pérez Molina, está empezando con el pie equivocado su camino hacia la guayaba, pues las primeras impresiones de los ciudadanos son que algunas de las designaciones de los futuros Ministros de Estado, constituyen el pago de  facturas electorales, lo cual le hace perder credibilidad, además de evidenciar que no tení­a integrado su equipo para gobernar.

Félix Loarca Guzmán

 


Su decisión de nombrar al expastor evangélico Haroldo Caballeros para el puesto de Ministro de Relaciones Exteriores, no deja lugar a dudas que se trata de una «recompensa» por el apoyo que dicho personaje le dio por medio de su partido Visión con Valores.

Públicamente se ha señalado que el señor Caballeros no tiene carrera diplomática, por lo que carece de la experiencia necesaria para el manejo de las relaciones internacionales.

La designación del doctor Francisco Arredondo para el cargo de Ministro de Salud Pública, también responde al pago de «favores» durante la campaña electoral. Al margen de su preparación académica, el problema es que ese despacho ministerial no necesita de un radiólogo por muy competente que sea en su  campo profesional, sino de un salubrista cuyo eje conductor sea la medicina preventiva para salirle al paso a las enfermedades y de esta manera evitar la saturación de los hospitales y centros de salud.

La intención de nombrar al señor Alejandro Sinibaldi como Ministro de Comunicaciones es un premio de consolación luego de su derrota en las últimas elecciones como candidato a Alcalde de la capital.  Sin el ánimo de estigmatizar su trayectoria, diversos sectores han coincidido en que don Alejandro no tiene la experiencia mí­nima que se requiere para el desempeño de las delicadas funciones de esa cartera gubernamental. 

El futuro nombramiento del economista neoliberal, Pavel Centeno, para estar al frente del Ministerio de Finanzas Públicas,  confirma la propensión del nuevo Presidente por la escogencia de colaboradores claramente identificados con la ultra derecha polí­tica y económica, lo que significa que no habrá mayores cambios como pregonaba el ahora Presidente electo.

La decisión  de nombrar al ex vicepresidente, Eduardo Stein, para colaborar en el proceso de transición, hace pensar que el 14 de enero del 2012, se inaugurará el capí­tulo número dos del gobierno pro oligárquico del presidente í“scar Berger.

Los primeros tropezones del Presidente electo, significan que las transformaciones que prometió en el curso de su campaña electoral, simplemente son una utopí­a, confirmando que en Guatemala  lo que hay es un espejismo democrático.