La hediondez de lo que en Guatemala se denomina justicia ha traspasado los límites del asco más profundo y el rechazo más grande. Últimamente algunas decisiones judiciales parecen ser engendros del demonio o hermanas putativas de la inacción, corrupción e impunidad del Congreso. Como me dijera una vez un expresidente ya fallecido, militar de VERDADERA MANO DURA, cuando le pregunté qué se podría hacer para componer a Guatemala: “hacer una verdadera revolución”, me dijo aquel hombre ícono de la contrainsurgencia militar.
Sus palabras me asombraron, viniendo de quien venían. Y ahora, después de su muerte y la explicación que me dio aquel hombre de rostro inexpresivo, creo que tendría toda la razón, porque cuando él hablaba de revolución, no se refería a tirar unos cuantos cañonazos y disparos, sino a volar cabezas, literalmente hablando.
Estos sentimientos que para algunos podrían parecer “criminales”, son también los que afloran o se esconden en el interior de muchos guatemaltecos que ven cómo se mueren sus esperanzas y se cierra el camino hacia una patria mejor como lo ejemplifican dos casos recientes. Uno el que yo llamo “el otro serranazo” cuando dos que se dicen jueces, emiten una resolución que deja sin efecto una orden de captura nacional e internacional contra el golpista Jorge Serrano Elías, al declarar con desfachatez, cinismo y total desconocimiento de la ley,. Que ese expresidente no puede ser capturado hasta que no se le siga una acción ante el Congreso de antejuicio para determinar previamente a si debe ser juzgado o no, lo cual abrirá los ojos de muchos diputados que pensarán a cuanto denderían su voto.
Por cierto uno de los “magistrados” que votó en favor de esta posición trabajó casi toda su vida en la policía nacional, fue jefe del gabinete policial y allí aprendió derecho hasta que ya grandecito se recibió de abogado y al fin logró el hueso de magistrado de sala.
En el aspecto jurídico la Ley de Antejuicio en su artículo 3 dice que “El derecho de antejuicio termina cuando el dignatario o funcionario público cesa en el ejercicio de su cargo y no podrá invocarlo en su favor cuando se promueva por acciones sucedidas durante el desempeño de sus funciones”. Serrano fue destituido por la Corte de Constitucionalidad el 31 de mayo y ese mismo día, como ciudadano común y corriente se convirtió en prófugo al huir a El Salvador. Los principales delitos (fuera del dinero del Estado que robó), los cometió entre el 25 al 31 de mayo. Los supuestos magistrados que lo ven como un angelito, retrotraen las actuaciones al 2 de junio de 1993, cuando Serrano YA NO ERA PRESIDENTE SINO HUÍA DE LA JUSTICIA DEL PAÍS. Más claro ni el agua, Serrano ya no tenía derecho a antejuicio desde el 31 de mayo de 1993 cuando fue destituido y huyó del puesto que tenía.
Lo hecho por estos dos magistrados es otra burla más a la ley y la justicia y ojalá la Corte de Constitucionalidad actual (lo cual dudo), que CREA NORMAS CONSTITUCIONALES Y NO SÓLO LAS INTERPRETA, ponga un poco del derecho y la ley en un caso paradigmático como este que solo ensucia, debilita y desestabiliza a los organismos del Estado.
El otro caso que nos hace vomitar improperios, al menos silenciosamente, porque las malas palabras hieren a muchas sensitivas personas es la del REY Arnoldo Medrano, aún alcalde de Chinautla, que durante 25 años fue el Rey de ese y otros municipios al grado decretar con sus parientes, amigos, empleados y secuaces más de 600 sociedades y cerca de 200 onegés para supuestamente realizar obras que le han reportado ganancias multimillonarias.
Medrano (si no es amparado por el derecho, la ley, la justicia, la impunidad y la corrupción) ha durado en el poder sobre sus feudos 11 años más que Ubico y tres más que Estrada Cabrera, para bañarse en dinero ajeno gracias a partidos corruptos y guatemaltecos babosos que aún votamos por las pendejadas que nos dicen y las gorritas que regalan.