«No viaje a Guatemala porque la justicia allí es a pura? Berger»
Rótulo colocado en la frontera Las Chinamas,
Guatemala-El Salvador
Luego del remezón a las bases de la justicia guatemalteca, con la puesta en prisión de los autores de la masacre de los parlamentarios salvadoreños, Eduardo D’Aubuisson, William Pichinte, José Ramón González, y del conductor del vehículo en que viajaban, que para no ir muy lejos de casa, resultaron ser integrantes del mismo sistema: policías nacionales civiles. Y nada más que el mismo jefe de investigaciones contra el crimen organizado de la división de la Policía Nacional Civil.
Por supuesto de esos que ahora utilizan el uniforme negro, según dijeron las altas autoridades en su momento, para infundir respeto y temor, lo que se cumplió a cabalidad llegando con seguridad a aterrar a sus víctimas.
Y claro, no tuvieron necesidad de ver cómo hacían para chafiarlo. ¿Y para qué?, si el original también sirve. Tanto como el arma, el automóvil y toda la demás parafernalia que les da la fuerza y el poder de hacer lo que les da la GANA.
Finalmente son la autoridad, que dicho sea de paso reciben el entrenamiento adecuado y cobran un salario pagado con el trabajo de los guatemaltecos. Eso es, señor Vielmann, una verdadera organización para el crimen, o lo que se ha dado en llamar crimen organizado. Me disculpo. Tenía usted razón, no son pinches delincuentes comunes, son miembros del crimen organizado. Policías Nacionales Civiles.
Que no es que estén incrustados en las organizaciones de seguridad a su mando, sino que son parte de las mismas. Quienes luego de apresados fueron llevados a la zona 18 y trasladados a la cárcel de El Boquerón en Cuilapa para resguardar su seguridad. Aunque después de lo allí ocurrido en donde la impunidad campeó, permitiendo que gente armada con gorros pasamontañas, de esos tan de moda últimamente, ingresara, como decimos los chapines «como Pedro por su casa» y los asesinara asegurándose de que ya no pudieran cantar ni el aleluya, pues el pueblo se pregunta, ¿Resguardar la seguridad de quién? Un quinto integrante de esa banda del crimen organizado, que se entregó a las autoridades, y del que las autoridades salvadoreñas conocían antes que la población guatemalteca, también fue llevado a la zona 18, con el agregado de que allí se resguardaría su seguridad. ¿En qué quedamos? Por su parte el canciller Gert Rosenthal expresa que lo sucedido es una vergí¼enza que mancha la imagen internacional. Es algo que nos preocupa a los guatemaltecos, agregó.
Y, claro, tiene razón, eso preocupa a una enorme cantidad de guatemaltecos que poseen una empresa de servicios, porque pese a que el presidente Berger indicó viajar él mismo a promocionar nuestro país con los salvadoreños, la pregunta que surge es ¿por qué ya no lo hizo?
Será que los rótulos «BIEN VENIDOS A GUATEMALA, MANOS ARRIBA» colocados en las fronteras le hicieron abstenerse o que finalmente le contó sus problemas a Marta Susana y ella le abrió el corazón y le aclaró el pensamiento para darse cuenta que lejos de no haber pasado nada, como pretende hacer creer, además de dar el pésame tiene la obligación de ofrecer una disculpa a los partidos políticos salvadoreños a quienes difamó y calumnió, e igualmente a las familias de los diputados a quienes incluso se les llegó a ligar con el narcotráfico, en afirmaciones vertidas a la prensa.
Los guatemaltecos por nuestra parte no esperamos una disculpa, pero sí queremos seguridad y justicia, lo que parece no llegará. Considerando que se hizo caso del aviso del secuestro de los diputados hasta que éste se confirmó y se sospechó que podrían ser ellos, de lo contrario, hubiera quedado totalmente en la ignorancia.
Como en la ignorancia han quedado todas las denuncias presentadas sobre asaltos, robos, asesinatos y secuestros en la carretera a El Salvador, e incluso las autoridades se han permitido degradar a las víctimas ligándolas al narcotráfico, las maras o la prostitución, como si finalmente ello justificara que se asesine impunemente. Eso también es corrupción.
Conserve sus amistades, señor Berger, seguramente las necesita, los guatemaltecos debemos aprender en quién confiar y en quién votar
Mis condolencias a las madres, hermanas, viudas y huérfanos y a todos los salvadoreños.