Los Oscar quizá sean de los premios más codiciados de la industria del cine, pero no son por ello una garantía de un éxito posterior, como lo ha demostrado la historia.
Desde Cuba Gooding Jr. hasta Adrien Brody, Hollywood está lleno de estrellas que asieron la estatuilla dorada sólo para descubrir luego que no se habían convertido en la primera elección de los directores y que la fama sigue siendo efímera.
«No creo que el ganar un Oscar sea una suerte de garantía para una carrera futura», dice Lew Harris, un consultor de Hollywood.com.
Gooding Jr. es un buen ejemplo. Ganó un Oscar a mejor actor de reparto por su actuación en «Jerry Maguire» en 1997, cuando tenía 29 años.
Desde entonces no pudo sino figurar en comedias muy criticadas como «Daddy Day Camp» y «Norbit», en roles por los que obtuvo nominaciones en la categoría «Gooding» (mejorando) de los Golden Raspberries, los anti-Oscar.
Incluso una actriz como Marisa Tomei, quien ganó un Oscar a mejor actriz de reparto en 1993 con «My Cousin Vinny» y quien este año está nominada por «The Wrestler», pasó varios años en la oscuridad.
«Si usted mira a Cuba Gooding Jr y a Marisa Tomei, tiene dos casos diferentes», dijo Harris.
Según Harris, ganar un Oscar en edad temprana puede generar efectos adversos en la carrera de un actor.
«Si usted es una persona joven, si no es nadie y gana un Oscar, esto pone toda la atención sobre usted», dijo. «Le pone un foco arriba para el que no estás preparado».
Antes de ganar su Oscar a mejor actor por «The Pianist» en 2003, Adrien Brody apareció con frecuencia en películas con pequeños roles. Después de ganar la estatuilla, Brody terminó siempre con el mismo tipo de papeles.
Un manager citado por el Hollywood Reporter, especializado en la industria, dijo recientemente que el ganar un Oscar «no sólo cambia qué papeles son ofrecidos; también cambia qué roles crees que puedes obtener».
En años recientes, un puñado de actores ganaron un Oscar y pasaron de inmediato al olvido.
Halle Berry tiene ahora que seguir con su desempeño por el cual ganó un Oscar en 2001 por «Monster»s Ball», mientras que Charlize Theron, ganadora como mejor actriz en 2003 por su actuación en «Monster», apareció en una seguidilla de películas de segunda categoría desde entonces.
Luego de recibir aplausos por varios éxitos como «Bridget Jones» Diary» y «Chicago», con las que recibió nominaciones a mejor actriz, Renee Zellweger finalmente se llevó un Oscar en 2003 por su «Cold Mountain».
Pero desde entonces no se la vio en la carrera por los Oscar, lo cual demuestra lo difícil que es mantener un nivel sostenido de éxito.
Mientras tanto, Harris dice que otros actores caen en la trampa de querer cobrar mucho en poco tiempo, apuntando más a la cantidad de películas antes que a su calidad.
Los actores «intentan capitalizar su Oscar rápidamente y terminan aceptando papeles que los terminarán dañando a largo plazo», señaló Harris.
«Son tan ansiosos de mantener su carrera activa que escuchan malos consejos, creyendo que su Oscar los absolverá de las malas decisiones que tomaron. Pero, en cierto sentido, las agrava».