Desde hacía años, los vecinos de Anthony Sowell se quejaban del mal olor que cubría la manzana, sin sospechar que provenía de diez cadáveres en descomposición que estaban escondidos en la casa de este habitante de Cleveland, en el norte de Estados Unidos.
Este hombre de 50 años, que había sido liberado en 2005 tras haber cumplido 15 años de prisión por violación, fue detenido el sábado, dos días después del hallazgo de los primeros cadáveres en su domicilio, llamado «la casa del horror» por los medios estadounidenses.
Los cuerpos de cinco mujeres en avanzado estado de descomposición fueron hallados dentro de la casa y un sexto cadáver en el jardín. El martes, los investigadores hallaron otros cuatro cadáveres y un cráneo, llevando a once el número de víctimas.
Los vecinos se quejaban contra las autoridades por el olor que invadía esa parte de la Imperial Avenue, donde Anthony Sowell vivía en una casa relativamente elegante, pero muchos creían que provenía de una carnicería cercana.
Zack Reed, un concejal, se propone exigir una investigación independiente para saber por qué las autoridades no reaccionaron a pesar de las quejas. «Los vecinos están furiosos y con todo derecho», dijo.
Reed aseguró que había advertido a los servicios sanitarios de la ciudad hace unos dos años y medio, después de que un vecino le advirtió sobre el olor nauseabundo del lugar.
«Nuestros servicios sanitarios tendrían que haber podido identificar la diferencia entre el olor de un cadáver y el de la carne», dijo.
La policía decidió finalmente investigar la semana pasada, tras haber sido advertida por una mujer que había sobrevivido en septiembre a una violación. El sospechoso no estaba en su casa, pero los policías encontraron un cadáver tras otro.
Los seis primeros cuerpos, con señales de estrangulamiento, fueron identificados como de mujeres negras, y el instituto de medicina legal trabaja sobre las otras autopsias.
Anthony Sowell fue detenido sin ofrecer resistencia el sábado, cuando caminaba por la calle, tras ser reconocido por un vecino.
Según los vecinos, la familia del sospechoso vivió en el lugar durante muchos años. Anthony Sowell vivía en el tercer piso de la casona en la que se había instalado al salir de la cárcel.
Los vecinos lo veían con frecuencia sentado en la escalera de la casa o tratando de recuperar desechos en este barrio pobre de Cleveland, donde muchas viviendas están abandonadas. El hombre estaba inscrito en el seguro de desempleo después de haber perdido su trabajo hace unos dos años.
«Es difícil asumir esto», observa Wanda Thomas, que vive en el barrio desde hacia varias décadas. «En otra época la gente se ayudaba, pero ahora todo el mundo tiene miedo».
En el acta de acusación leída el miércoles, la justicia presentó varios cargos contra el acusado, entre ellos, «homicidios con circunstancias agravantes», «violaciones» y «secuestros».
Anthony Sowell, un hombre negro, delgado y barbudo, miraba hacia el frente mientras el juez leía el acta de acusación.
La policía terminó el martes de examinar el jardín pero seguía investigando en el interior de la casa, informó el jefe adjunto de policía de Cleveland, Ed Tomba. Los habitantes de la ciudad que tienen parientes desaparecidos fueron invitados a suministar fotografías a los investigadores.