El nuevo paradigma escatológico…


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La escatologí­a habla de las últimas cosas, (del latí­n escato-, último + -logí­a). Parte de la teologí­a que estudia las últimas cosas, es decir, el destino final del hombre y del universo. Con este argumento se está transformando la mentalidad del mundo, convirtiéndose en un nuevo paradigma que cí­clicamente ha atormentado a la humanidad durante cada cierto tiempo, con la llegada de fechas cabalí­sticas. El fin de la humanidad…, se acaba el mundo, la extinción total… son las frases que estamos empezando a escuchar. Esta vez por las famosas profecí­as mayas, alentadas por la de otros adivinos y agoreros que pronostican la fecha del 21 de diciembre de 2012, como la llegada de algo inesperado que cambiará al mundo como actualmente lo conocemos. Los artí­culos y programas de televisión o los mensajes de internet, nos alertan sobre su próxima llegada, y muy probablemente esto irá en crescendo según transcurran los meses y dí­as para la llegada del supuesto Apocalipsis máyense.

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POR MAURICIO VALENCIA ARRIOLA

Ahora bien es preciso tomar en cuenta varias situaciones y escenarios probables que afectarán nuestra habitual forma de enfrentar este cambio. A nivel personal cada uno es responsable de su intensión de vida, es decir de cómo piensa vivir estos últimos dí­as que supuestamente nos quedan sobre la Tierra. Es tiempo de pensar y reflexionar para nuestro interior si estamos en paz para con nosotros mismos y nuestros semejantes, será que hemos logrado trascender un poco más en esta cotidianidad que llevamos a cuestas, hemos permitido que el odio, rencor, envidia y desamor sean los principios que rigen nuestra existencia humana. O hemos logrado vencer las tentaciones capitales y sentirnos un poco más tranquilos con nuestro yo interior, y más importante con nuestros semejantes… La vida que llevamos está continuamente atribulada por numerosas circunstancias que a veces nos imposibilitan llegar a una mayor expresión personal del ser humano.  La violencia, la pobreza, el desencanto por la existencia  son hechos que invaden la mente de multitudes de personas.  Amén de las incertidumbres polí­ticas, inseguridad laboral, y un sinfí­n de problemáticas que con llevan la vida diaria en un paí­s como el nuestro.  La familia sufre estos embates en grandes catástrofes internas a puertas cerradas, que se perciben en la infidelidad de alguno de los esposos, vicios arraigados y de escape ante las situaciones sentimentales y económicas, aislamiento y pérdida de la comunicación con los hijos, que resultan en bajos rendimientos escolares y universitarios, desmesurado interés por las relaciones sexuales y su práctica sin control, son males que aquejan a la juventud actual.  El  internet y redes sociales acrecientan los encuentros de éste tipo y el intercambio de experiencias no lí­citas entre los jóvenes.  Lo queramos o no, muchos hogares viven una indiferencia total a estas álgidas situaciones familiares, en algunos casos los padres suplen estas faltas proporcionando cualquier clase de objetos materiales superficiales que buscan mantener “felices” a sus renuentes crí­os.  Gracias a Dios en otros hogares no sucede esto y son verdaderos ejemplos de integridad espiritual y mesura frente a este desborde del mundo existencial.  ¿En qué situación se encuentra usted, estimado lector, sufre y padece la crudeza de una vida ficticia o ya ha pensado que si en verdad se va a realizar un cambio del mundo en poco tiempo como lo suponen nuestros ancestros mayas, tiene una oportunidad para rectificar su actuar y forma de pensar con respecto a su propia vida, la de su familia y la de los demás seres humanos que comparten la existencia con usted…  bien si no lo ha hecho o cree que esto es una simple “charada” de los medios de comunicación, y que todo continuará igual de la misma forma (ceteris paribus), solo recuerde que todos tenemos la libertad de creer o no en ello, pero acaso no serí­a una buena oportunidad que tanto instituciones religiosas, sociales y por qué no polí­ticas también propiciarán la reflexión sobre estos temas vitales, y que se ofrezcan guí­as, conferencias, mesas redondas en donde la finalidad sea despertar el yo interior para cambiar la mentalidad de nuestro semejantes, ¿Por qué no? Se vale soñar también, pero también de sueños se vive y cuando se consiguen somos un poco más felices…

En cuanto a un escenario puramente existencial y consumista siempre presente aunque no queramos se debiera pensar en esto… estaremos preparados como paí­s para enfrentar la posible inmensa cantidad de visitantes que querrán conocer el lugar icónico de donde proviene el vaticinio del fin o cambio del mundo, si ese lugar maravilloso inmerso dentro la gran selva verde la ciudad maya de Tikal, puede ser desbordada por la cantidad de turistas y visitantes que por la natural curiosidad humana a veces fatalista, que se empeña estar cerca de los lugares donde se suceden los desastres, desearán visitar y estar presentes en la región norteña y otros sitios ceremoniales de la región mesoamericana.  No sólo los comerciantes y personas que atienden al turismo deben prepararse, lógicamente si algo no se publicita no se vende, los medios publicitarios deben estar atentos y darle un giro menos comercial a los planes y paquetes turí­sticos, basados en esa nueva forma de reflexión de conciencia sobre el cambio de mentalidad humana. La filosofí­a de que debiera prevalecer en la promoción de un hecho histórico como este, que demarcarán una serie de cambios, y el pensamiento es el de la búsqueda de la reflexión para superar las faltas internas del ser humano. Llegar a este lugar para confesarse con la naturaleza y pedir perdón  en nombre de toda la humanidad por las faltas cometidas en su contra… y luego prometerse un cambio para enfrentar a un nuevo mundo que anuncia desastres y que continuamente nos pone al borde de la extinción en regiones dispares del globo terráqueo y encontrar de nuevo la armoní­a entre el ser humano y su naturaleza.

Los artistas son también un grupo muy importante a considerar, puesto que en ellos está el medio de expresión con que cuenta nuestra sociedad y cultura para expresar su sentir a través de las distintas ramas artí­sticas. Las artes visuales tienen un gran tema para plasmar sus impresiones a través de la pintura o escultura, el teatro para su representación y como medio de reflexión a la comunidad. La danza y la música no digamos, también tienen un gran campo para expresar su sentir a través de los sonidos y expresiones corporales. Y que más decir de la literatura y demás artes afines que no escapan del ámbito expresivo formal.  El artista es tanto el señalador y el consolador del espí­ritu humano y de allí­ que su función sea trascendental en nuestro próximo devenir hacia esta jornada escatológica.

No está demás agregar que los religiosos ya sea órdenes católicas, protestantes y otras tienen una función más allá de lo espiritual para el ser humano y es la de complementar y guiar a sus fieles hacia una visión mesurada del evento paradigmático. La irracionalidad humana ante el miedo y desconsuelo de la existencia pueden ser altamente dañinos para nuestra comunidad que viven en constante temor por los propios pesares diarios de  nuestro paí­s. Las iglesias tienen la misión de llevar consuelo y ser un sostén espiritual para los creyentes y por lo mismo el actuar con serenidad y cordura ante tales circunstancias, esta será una tarea ardua y urgente a preparar. Esperamos que las autoridades eclesiásticas prevean este desborde de incertidumbre, temor y desesperanza que se nos avecinan. Los propios sacerdotes mayas advierten que no se habla del fin del mundo, es más, especí­ficamente dicen que todo se transforma, que lo único que permanece es el espí­ritu, en su viaje de evolución hacia niveles superiores. La profecí­a maya más bien nos habla de cambios que ocurrirán a nivel fí­sico en el planeta, y en la conciencia de la raza humana.  Preparados o no, creyentes o escépticos debemos estar conscientes que los  plazos se cumplen y ante esto no debiéramos permanecer inertes y con los brazos cruzados, viendo pasar la vida y los cambios del mundo. La cosmovisión maya “afirma que la comprensión y aceptación de ese proceso de evolución llevará al aprendizaje y al crecimiento espiritual a través de la armoní­a. Millones de hombres encontrarán su paz interior, y al hacerlo, podrán abrir los archivos históricos de todo lo que han vivido, pues sólo en ese momento, los podrán ver sin juzgarlos como parte de un proceso de armonización. Aparecerá una nueva visión espiritual, las relaciones se establecerán a partir de los puntos de unión y no de separación, los hombres serán flexibles y buscarán la paz. Estos cambios ocurrirán en los niveles fí­sico, mental y espiritual, en todas las escalas: individual, familiar, comunal, planetaria, y galáctica. La mayor transformación ocurrirá cuando se comprenda al universo como un proceso de evolución eterna de la conciencia de los seres”.

Algo muy cierto, verdadero y real es que la filosofí­a del  nuevo milenio recién empezado está por cambiar y transformar los antiguos conceptos del pensamiento humano. Un regresar a los pensadores primigenios de la naturaleza se avecina, los filósofos presocráticos ya habí­an tenido profundas meditaciones sobre el valor de los elementos y constituyentes del ser humano. “Los primeros filósofos griegos, se propusieron buscar explicaciones naturales a los procesos de la naturaleza, buscaron un principio o Arjé a partir del cual se pudieran explicar de una forma racional la totalidad de los fenómenos naturales. Existen dos tendencias en esta búsqueda: monistas, que creen que hay un único principio que explica todas las cosas, y pluralistas, que piensan que existen una diversidad de principios que se relacionan entre sí­â€.  Y si bien, fueron numerosos los pensadores que tomaron estas ideas en general sobre la naturaleza, estas se circunscribieron a que existe un “kosmos, un orden en oposición al caos.  Es dinámica, cambiante, está en continuo movimiento.  Presenta unos movimientos intrí­nsecos, una animación y leyes propias”.  La teorí­a del caos de puesta en boga hasta en épocas recientes trata de explicar los cambios de la naturaleza y su aparente incongruencia con un modelo lineal preestablecido. Ha dado respuestas a las constantes varianzas que se producen en la naturaleza, sin embargo otros filósofos también ven la posibilidad de interpretar los cambios internos del ser humano como en  la enseñanza filosófica del Karma es un ejemplo que puede ajustarse a este
modelo. “Muy pequeños detalles, en la cadena de causas y efectos, pueden
provocar resultados inmensamente complejos, aparentemente fortuitos, impredecibles y caóticos. Sin embargo ahora ya sabemos que existe también un Súper-Orden dentro del Caos, y el aparente caos y casualidad en la Vida y la Historia obedece a causas y leyes de un nivel superior, dinámico y no-lineal”. Encontrar respuestas en las antiguas filosofí­as y nuevas formas de pensar son deberes para las mentes pensantes de nuestra sociedad y trasladarnos sus consideraciones para explicar muchas de las interrogantes que se nos avecinan.

En este discurrir de ideas sobre el cambio que se nos adviene, no queda más que hacer una última reflexión sobre el devenir que nos espera en las próximas fechas, y es que sea el camino que sigamos debemos prepararnos para un cambio, una transformación y una mayor comprensión de nuestra presencia en este planeta. Es tiempo de una renovación y de buscar la interioridad personal del ser, encontrarnos como tales en armoní­a con la naturaleza y todos nuestros semejantes. Confí­a en que la humanidad reencuentre su camino para que sea lo que suceda, tengamos un chance de persistir en paz y solidaridad con todas las criaturas y seres naturales o espirituales que nos acompañan en este transcurrir de  espacio-tiempo que nos ha tocado vivir.

* Del autor: es arquitecto con maestrí­a en docencia universitaria, doctorando en filosofí­a de la Facultad de Humanidades de la Usac.  Catedrático de la Facultad de Arquitectura & Diseño de la URL, y distintas cátedras en la Escuela Superior de Arte de la Usac. Comentarios a: arqmvalencia@gmail.com