El nombramiento


Editorial_LH

El presidente Otto Pérez Molina se ha reunido hoy con los seis integrantes de la lista final de candidatos para ocupar el puesto de Fiscal General y ha afirmado que dedicará a este proceso una parte considerable de su tiempo dada la trascendencia que para el país tiene el desenlace.

Tomando como acertada esa percepción, creemos también que será importante que el Presidente escuche a los actores que han aportado con elementos de peso en el proceso de postulación para que pueda hacerse una idea más amplia de la que una comisión tan cuestionada pudo haberle dejado en los documentos que le trasladaron.


Y esto es asumiendo, posiblemente, con mucho optimismo que Pérez Molina tiene interés de hacerle frente al reto de nombrar a la persona más adecuada para dirigir los destinos de la persecución penal en el país que, dicho sea de paso, es la pieza clave en el laberinto de la impunidad en que vivimos.

Entendemos que a las autoridades les preocupa que la percepción internacional sea negativa hacia el país y, especialmente, porque esto afecta los proyectos de asistencia que permiten a la administración pública continuar siendo ineficientes en la recaudación y en el combate a la corrupción porque se cuenta con fondos foráneos.  Lastimosamente, no les preocupa que la percepción sea generada porque la mayoría de medidas que se toman son terriblemente dañinas en la construcción de la institucionalidad guatemalteca.

Es entonces cuando es prioritario que se mantenga el acompañamiento al proceso que Pérez Molina está llevando a cabo para que se conozca un poco más de los seis candidatos, para que se le den públicamente datos y hechos que le permitan tomar la mejor decisión y, especialmente, para recordarle el efecto que tendrá para el país el nombramiento que haga.

¿A quién queremos en el Ministerio Público? No solo a una persona académica ni solo a una con experiencia en persecución penal.  Lo más importante, es que tenga la integridad y el compromiso de llevar la batalla para el establecimiento de un régimen de justicia en Guatemala.

Durante años, ha existido el debate sobre la CICIG y la necesidad de que seamos los guatemaltecos los que hagamos el trabajo. Por lo que se ha dicho permanentemente, la misión internacional está a poco tiempo de retirarse del país y a quien resulte nombrado será a quien le toque una gran decisión: Enfrentarse a la impunidad empujada y construida por los poderes ocultos y las cúpulas corruptas o convertirse en el títere de esos mismos grupos para que se aseguren que nunca más haya quien amenace su control y manipulación de la justicia. Usted manda, Presidente.
   
MINUTERO:
Si hay sentido de la Historia
nombrarán al competente;
pero hay tanto precedente
que a lo mejor a la escoria.