El muro no detendrá las migraciones, sólo las hará m&aacute


La construcción del muro fronterizo no provocará la disminución de emigrantes, sólo será más dificultoso.

Hace unas semanas el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dio luz verde a la construcción del muro fronterizo.

Hugo Alvarado
halvarado@lahora.com.gt

Estados Unidos necesita de la fuerza de trabajo itinerante. Ya ha quedado claro que su economí­a depende de aquellas personas que madrugan, no duermen y trabajan largas y extenuantes jornadas en fincas, restaurantes, servicios y fábricas para que la tasa de ganancia del poder económico siga experimentando las tendencias favorables que ha presentado en los últimos años.

Además el mismo sistema genera las condiciones para las migraciones porque requiere y demanda de contingentes de población para que realicen las tareas más difí­ciles, inseguras y mal pagadas que los mismos estadounidenses «no quieren, ni pueden hacer».

Sin embargo para llegar a ocupar ese vací­o laboral, los y las emigrantes deben realizar un viaje que de por sí­ es difí­cil, caro y traumático.

Escondidos de las autoridades, en calidad de bulto en camiones y tráileres, caminando largos recorridos de dí­as completos, bajo el sol o el frí­o y los peligros inherentes del desierto, refiere la Mesa Nacional para las Migraciones, MENAMIG.

El estudio menciona que el muro, entonces, es la coronación del sufrimiento, porque en la medida que los gobiernos y las clases oligárquicas, comerciales, financieras e industriales de la región no definan polí­ticas integrales y busquen resolver problemas estructurales en nuestros paí­ses, la población seguirá rompiendo fronteras para sobrevivir.

De hecho, los medios de comunicación escrita han realizado una serie de consultas a la población guatemalteca en relación al muro y la mayorí­a de las personas entrevistadas han considerado que independientemente de la construcción del muro, ellos estarí­an dispuestos a realizar el viaje, sobre todo porque la situación en el paí­s los obliga a salir en busca de oportunidades laborales y de mejores retribuciones salariales que les permita salir del agujero estructural de la pobreza a la que están condenados de seguir aquí­.

Por eso, tal como lo señalan al uní­sono diversas organizaciones de inmigrantes guatemaltecos en Estados Unidos (CONGUATE, Migrantes en Acción, Red por la Paz y del Desarrollo de Guatemala) así­ como instancias en Guatemala que abordan el tema migratorio (Casa del Migrante, Comisión del Migrante, Cancillerí­a), la construcción del muro no detendrá los flujos migratorios provenientes de estos paí­ses, solo hará que esta búsqueda resulte más difí­cil, peligrosa y extremadamente riesgosa.

Sube la cuota

De hecho, son notables las implicaciones que se derivarán de dicha intencionalidad. Los costos del coyotaje, por ejemplo, ya han experimentado incrementos en la región fronteriza entre EE.UU. y México, también se han registrado cambios de la ruta migratoria, por lo que se han incrementado los riesgos derivados del recorrido por regiones y zonas inhóspitas, más largas y peligrosas, refiere la MENAMIG.

Los y las emigrantes están caminando más al penetrar las áridas y alejadas zonas del desierto, con lo que se multiplican los peligros, el cansancio y las posibilidades de perecer en «busca de un sueño».

Las reacciones gubernamentales no se han hecho esperar. México ha sido el paí­s que frontalmente ha expresado su total rechazo a la iniciativa de construir un muro.

Los gobiernos de la región, unidos en el bloque mesoamericano han expresado también su tibio rechazo, sin posturas crí­ticas y con las esperanzas puestas en la «Reforma migratoria justa».

Sin embargo estas declaraciones gubernamentales provocadas por la construcción del muro no tienen sentido si en el paí­s no se generan condiciones que permitan a sus habitantes trascender la sobrevivencia y vivir digna y plenamente.

Por eso, los sectores de la sociedad civil vinculados al tema migratorio, las organizaciones de inmigrantes guatemaltecos en Estados Unidos, las organizaciones católicas de apoyo a los emigrantes y los centros de investigación social, coinciden al rechazar enérgicamente la pretensión de intensificar las cicatrices de la historia con la construcción del pretendido muro.

La MENAMIG ve con preocupación e indignación todo este escenario de seguridad, porque ha sido el marco donde han fallecido más de 2,300 transmigrantes solamente en la frontera norte.

Más violaciones

Además, a partir de la implementación de mayores mecanismos de control migratorio no solo en Estados Unidos sino en México, se ha elevado considerablemente el número de violaciones a los derechos humanos.

El informe menciona también que se ha diversificado el tipo de accidentes mortales en camiones, tráileres y trenes y sigue creciendo la cantidad de personas que pierden sus extremidades a causa de querer ir a trabajar para ganar más y dejar de ser herederos de miserias.

En la actual coyuntura, MENAMIG coincide con las organizaciones de inmigrantes guatemaltecos en Estados Unidos y con las organizaciones religiosas y de la sociedad civil que trabajan el tema migratorio en adversar la construcción del muro, porque no solo no detendrá los flujos migratorios sino elevará el sufrimiento de la población emigrante.

Dicha organización valora y considera de suma importancia el trabajo solidario de todas las organizaciones pro emigrantes y exige al Gobierno del paí­s defina una estrategia y una polí­tica integral que aborde problemas estructurales en el paí­s y reivindique los derechos de los inmigrantes radicados en Estados Unidos.y Mesa N

El muro fronterizo: la gran paradoja de la globalización

Además, mientras los ciudadanos de los paí­ses desarrollados recorren libremente paí­ses, regiones y continentes y se establecen en lugares distintos a los que nacieron, a los habitantes del sur se les obliga a recurrir a una serie de formas migratorias indocumentadas que rayan en lo absurdo, inhumano e indigno para cruzar y llegar en otros paí­ses: escondiéndose debajo de la carga de los camiones, colgados en peligrosos trenes, cruzando túneles y desagí¼es, peligrosos rí­os, naufragando en barcos endebles y caminando en áridos, ardientes y frí­os desiertos.

En ese sentido, la pretensión de construir un muro fronterizo de más de 1,200 kilómetros, es el indicador irrefutable que evidencia la versión o el tipo de globalización que se nos impone, con términos de referencia prohibitivos para los paí­ses subdesarrollados, paradójicamente proveniente del paí­s que en el pasado reciente más protestó contra el muro de Berlí­n, refiere MENAMIG.

La aprobación del Senado está acentuando esos términos de intercambio y relación desigual de la globalización, porque contrario a su planteamiento aparentemente menos rí­gido que la propuesta del Congreso, se aprobó el 29 de septiembre la Ley de la Valla de Seguridad, la cual aprueba la construcción de un paredón a lo largo de 1,200 kilómetros, especialmente en los puntos estratégicos de paso migratorio en la frontera entre Estados Unidos y México.

Ratifica ley

Esta ley ratificada inmediatamente por el presidente estadounidense George Bush el 4 de octubre consolida todas las iniciativas de seguridad fronteriza implementadas en los Estados Unidos posteriormente del 11 de septiembre del 2001, indica MENAMIG.

Es decir se constituye en el último y más significativo recurso en contra de los movimientos migratorios provenientes del Sur. «Es la «guinda del pastel» hecho sobre la excusa de la seguridad nacional».

El muro es la máxima expresión de las autoridades gubernamentales estadounidenses que implica un gasto de más de 6 mil millones de dólares. Estados Unidos le ha declarado la guerra a la migración indocumentada, justificando con ello un presupuesto que busca oxigenar la economí­a de guerra y tecnologí­a de dicho paí­s.

La migración indocumentada

En esta denominada «era de seguridad» iniciada posteriormente a los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra la capital financiera y militar de los Estados Unidos, se han implementado una serie de medidas que de inmediato empezaron a afectar los derechos de los inmigrantes y de los que en su viaje atraviesan los principales paí­ses de tránsito hacia el norte como México y Guatemala, entre otras latitudes.

En esta era antimigratoria se han multiplicado los esfuerzos por redoblar la seguridad a través de la implementación de operativos de control migratorio, según la MENAMIG.

Los aeropuertos, otrora medio para seguir el viaje al interior de los Estados Unidos, se convirtieron en punto de seguridad máxima y se inician registros rigurosos y minuciosos.

Esta nueva coyuntura sentó las bases para la implementación y reforzamiento de los operativos de control fronterizo, especialmente en la región de California, donde se instalaron cercos a la altura del vértice fronterizo entre las ciudades de Tijuana y San Diego, en el marco de la implementación del plan Guardián.

A partir de esta estrategia de seguridad fronteriza se generó un cambio en la ruta para entrar a los Estados Unidos a través del desierto y montañas rocosas. Arizona se convierte así­ en la gran puerta de entrada de migración indocumentada

Este cambio de ruta no solo hizo más peligroso y caro el cruce migratorio sino provocó el incremento considerable de casos de emigrantes muertos ví­ctimas de insolación e hipotermia, entre otras causas, indicó la MENAMIG.

Al comprobar el cambio de ruta de los emigrantes, las autoridades migratorias afinaron los proyectos de seguridad y se implementaron operativos de mediano plazo como el Arizona Borders Control, que desde el año 2004 controla la región fronteriza a través de varios medios como avionetas no tripuladas, rastreos nocturnos con cámaras infrarrojas, vehí­culos todo terreno, lanchas, motos y balas de goma para detener a los emigrantes indocumentados.

El Arizona Borders Control fue reforzado y se le asignaron más fondos, más personal, más armas y tecnologí­as de control, algunas de éstas de uso estrictamente militar, por lo que el paso por este árido terreno con temperaturas extremas es de los más difí­ciles, riesgosos e inciertos.

Es decir que sobre los emigrantes indocumentados se desató una cacerí­a sin precedentes en la historia que no solo se da a través de polí­ticas y operativos oficiales sino se le suman grupos de paramilitares autonombrados guardianes de la frontera, tales como los Minuteman.

Además, se implementaron nuevas tecnologí­as de control migratorio que indagan, procesan y contrastan información computarizada de las personas que viajan con visas, a través de mecanismos de control biométrico, establece la MENAMIG.

Las visas biométricas (que se contrastan a través del iris del ojo) por ejemplo, detectan fácilmente visas falsas y mejoran los sistemas de información global de viajeros, sus antecedentes, movimientos, informes policí­acos, sospechas, hasta gestos faciales.