El mundo es sueño



Que uno sea de alto linaje o de origen humilde, rico o pobre, joven o anciano, ilustrado o no, todos estamos destinados a morir.

Nosotros sabemos que esto es ineludible pero nos agarramos a las ramas diciéndonos que los otros morirán antes que nosotros, que seremos el último.

La muerte siempre parece lejana. ¿Acaso no es esto una vista engañosa y fútil? ¿No es una ilusión, un sueño? No se deberí­an ver las cosas de una manera que nos indujera a la negligencia. Se deberí­a ser valiente y actuar rápidamente ya que la muerte vendrá tarde o temprano a golpear nuestra puerta.

La vergí¼enza y el arrepentimiento son comparables al hecho de derramar un jarro de agua. Uno de mis amigos ha resentido compasión escuchando la confesión de aquel que le habí­a robado su sable de gala. Cuando uno quiere reparar sus faltas, sus huellas desaparecen rápidamente.

Una persona de poco conocimiento se da aires de sabio; es una cuestión de inexperiencia. Cuando se domina bien algo, no se destaca en nuestro comportamiento: una persona así­ es educada (trascripción de Hugo Madrigal del libro del Samurai).