El mundo de hoy: peligros y amenazas


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Por razones ajenas a mi voluntad, dejé de publicar mi colaboración semanal después del miércoles 13 de noviembre pasado. En aquella oportunidad decía que no se fuera a pensar que por lo que había estado escribiendo no estuviera ocupándome y opinando sobre la situación del país ni a lo que estaba aconteciendo en lo internacional. Me centré en otros temas que consideré de interés.

Ricardo Rosales Román
\Carlos Gonzáles\


A partir de hoy, reanudo la publicación de mi columna. Me propongo empezar refiriéndome a los principales rasgos que caracterizan el mundo en el momento actual para, más adelante, ocuparme de la situación nacional.

El reaparecimiento de mi colaboración semanal, coincide con el inicio del año y con el nuevo formato y presentación con que el Diario La Hora empezó a circular a partir del pasado lunes 6.

La mayoría de quienes han estado examinando la situación internacional actual y que he tenido la oportunidad de consultar, coinciden en el debilitamiento y cada vez mayor aislamiento del imperio más poderoso de la historia.

El debilitamiento y aislamiento de Estados Unidos es a causa del agotamiento y caducidad del sistema en que se sustenta. Además, la recesión global que se desencadenó en 2008, afectó a la metrópoli imperial y al pueblo estadounidense; arrastró, a su vez, a los países y pueblos de Europa. Hasta hoy, no hay indicios ciertos de que la hayan logrado solventar y, menos, resolver.

En lo político y gubernamental, la Casa Blanca y las principales capitales de Europa están seriamente afectadas por una crisis institucional, de gobernabilidad y administración. Su política exterior es cada vez más agresiva y belicosa: por una parte, constituye una seria amenaza para la paz y la seguridad internacional y, por la otra, atenta contra la independencia, la soberanía, el progreso y el desarrollo de los pueblos y países de Asia, África y América Latina.

A este respecto, no faltará a quienes entusiasme que la situación internacional actual tenga tales características y que en su estrechez no se percaten de lo peligroso que es que el imperio y sus aliados europeos estén debilitados internamente, aislados en lo internacional, y sumidos en una recesión no resuelta.

Ello puede llevar al error de hacerse a la idea de que es así como, potencialmente, se crea una situación favorable para la lucha y avance de las fuerzas progresistas en el mundo entero.

Según RT Actualidad, «Los conflictos mortíferos nunca surgen de la nada, a menudo son predecibles. Los expertos mundiales destacan varios enfrentamientos en el planeta que seguramente afectarán o podrían afectar a la seguridad global…» Es lo que está ocurriendo en Siria, Irán, Asia Oriental, la Península coreana, Afganistán, Irak, Libia, Sudán del Sur, y la República Centroafricana. (Véase: http:/actualidad.rt.com/actualidad/view/115987-guerras- seguridadglobal-2014).

Además, hay que tener en cuenta y no subestimar la agresividad y belicosidad del imperio y los reaccionarios del Continente contra los gobiernos populares y progresistas del Hemisferio Occidental y los pueblos y países de Nuestra América.

De lo que sí se puede estar seguro es que la fortaleza y poder de las fuerzas progresistas en el mundo entero está en su unidad y organización, su sabiduría e iniciativa para desbaratar los peligros y amenazas que ponen en riesgo la paz y seguridad internacional y, en lo fundamental, en su capacidad y audacia para ir construyendo la alternativa real y posible, viable, a la dominación imperial y neocolonizadora.