EL MOMENTO MíS HERMOSO


César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Desperté y abrí­ mis ojos a la luz de un nuevo dí­a, feliz e ilusionado pensé que ese era el momento más hermoso para empezar a realizar mi acariciado anhelo.

Más tarde, al encontrarme envuelto en el cotidiano afán y saboreando anticipadamente la satisfacción del premio a mis esfuerzos, me dije a mí­ mismo que ese era el momento más propicio para vivir.

Pero terminó también el dí­a y agotado tras la ardua labor vi llegar el ocaso, donde los rayos del sol cual bellas diademas de oro y brillantes coronaban las montañas. Contemplé mis esperanzas realizadas y vi nacer en mí­ nuevos ideales y una vez más pensé que ese era el momento más hermoso.

Y llegó después la noche que vistió al dí­a de negro y como gotas de cristal llovieron las estrellas en el cielo; contemplando el firmamento elevé mi alma en alas del rumor de una oración, al escuchar en el susurro de la noche la respuesta a mi plegaria sentí­ estar una vez más en el momento más hermoso.

Y terminé por creer sin la menor duda, que la vida toda es el momento más hermoso en el espacio infinito de los tiempos, si alabando a Dios en su grandeza, damos gracias por todo y llenamos de alegrí­a nuestro corazón.

A medida que el hombre avanza en su vida

reconoce que sólo posee el momento presente;

el que sigue le pertenece a Dios.