Hallan en Buenos Aires restos de mítico café tanguero de fines del siglo XIX.
Un grupo de arqueólogos halló restos del mítico Café de Hansen, una de las cunas del tango, que funcionó desde finales del siglo XIX en Buenos Aires, evocado en crónicas de la época y en letras del género musical, dijo este sábado una fuente oficial.
Los expertos localizaron parte del piso de ladrillos del Café de Hansen a 50 centímetros bajo tierra en los parques de Palermo, en la zona norte de Buenos Aires, informó a la prensa el ministro de Cultura de Buenos Aires, Hernán Lombardi.
«La idea es seguir excavando, pero vamos a aprovechar el hallazgo para instalar la zona como un paseo en el que los vecinos conozcan el perfil que tenía la ciudad en aquellos años», señaló Lombardi.
Los orígenes del tango se remontan a finales del siglo XIX, cuando llegaban al Río de la Plata oleadas de inmigrantes europeos, y tiene entre sus íconos al bandoneón, instrumento de fuelle emblemático del género musical, y al «lunfardo», argot que nació entre los «milongueros» (bailarines) de barrios populares.
El café tomó el nombre del apellido de su primer propietario, Juan Hansen, quien lo inauguró en 1877 en un caserón que se alzaba en medio del actual Parque de Palermo, aunque por aquella época era frecuentado por hombres y mujeres de la clase acomodada porteña, según historiadores.
Pero a partir de 1890 llegaron las orquestas de tango y el lugar se popularizó, apareciendo inclusive en letras de tango como «Tiempos Viejos», del compositor Manuel Romero, que evoca la historia de la «rubia Mireya», una bella mujer que habría frecuentado el Hansen.
«Era un salón de baile, concurrido por gente calavera (de la noche) de diferentes rangos. Era un ambiente bravo pero muy divertido», escribió el compositor Enrique Cadícamo sobre el lugar que fue demolido en 1912.
El vicepresidente de la Academia Nacional del Tango, Gabriel Soria, recordó que en el Hansen «se bailaba un tango muy bien bailado, porque en sus inicios era un lugar elegante».
«Pero en la década de 1910 tocaron orquestas típicas de tango, como las de Roberto Firpo y Enrique Canaro, quiénes recordaron en una entrevista que allí solían armarse peleas entre los muchachos bien (de clase alta)», agregó Soria.