El mismo rasero


Generalmente en los medios de comunicación se publican los escándalos de corrupción que tienen que ver con funcionarios y empresas dirigidas por sus corifeos, es decir, desconocidas ONG o sociedades que se forman alrededor del manejo de recursos como el del listado geográfico de obras e inversiones por el estilo. Pero las grandes empresas constructoras quedan siempre al margen de la investigación y, nos atrevemos a decir, hasta de la duda razonable. Así­ somos los chapines, al punto de que nos indigna que robe un shumo, pero aceptamos como «negocio» el trinquete que hace un empresario.


Gí¼nther Mí¼ssing, cuando dirigió la Organización Internacional para las Migraciones y fue contratado por el Estado de Guatemala para ejecutar el PACUR, dijo desfachatadamente que en nuestro paí­s no hay obra sin sobra. Se le vino el mundo encima porque polí­ticos y contratistas se sintieron ofendidos, pero todos sabí­amos que lo dicho por ese hosco europeo era absolutamente cierto. La verdad monda y lironda.

Pero así­ como cuando con Portillo se libraron intensas batallas contra la corrupción y se destaparon los trinquetes y el saqueo del Estado mientras que los negocios de los gobiernos de Arzú y Berger no recibieron el mismo tratamiento, pasa con las empresas constructoras de la plebe, las empresas que forman los «shumos» y el tratamiento que se da a las grandes empresas. Se da por sentado que los primeros son sinvergí¼enzas, Portillo y sus contratistas, mientras que se acepta que los grandes negocios realizados por los otros, los «canches», son simplemente eso, es decir, negocios que todo mundo acepta sin chistar porque «así­ es la cosa».

Creemos que la corrupción en Guatemala está generalizada y que hay empresas de todo nivel que tienen que dar mordida para lograr contratos y, pagar otra vez para que les paguen las deudas. Por ello es que resulta tan importante tener control del Viceministerio financiero del Micivi, porque allí­ es donde se decide el pago de la deuda flotante para gestionar ante el Ministerio de Finanzas que se cubran los adeudos.

Para lograr los contratos está el procedimiento amañado de las contrataciones en las que se establecen procedimientos que aseguran que se seleccione al de la foto. Pero para el pago de la deuda que se genera por esos contratos hace falta otro procedimiento y por ello tener a alguien que pueda hacer palanca para asegurar el pago constituye un activo invaluable para cualquiera que realiza negocios en el sector público.

Nuestra lucha contra la corrupción no tiene etiqueta pero sí­ nos indigna ese doble rasero que convierte en negocios para unos lo que para otros son robos y descarada corrupción. Trinquete es trinquete, y no importa si se hace con botas de hule o con zapatos Ferragamo.