En el transcurso de los tres últimos gobiernos (Arzú, Portillo, Berger) el Ministerio de Salud (Minsalud) ha venido de mal en peor.
La prensa escrita, el Comité de Organizaciones Sociales (COS) y hasta el Congreso han detallado, en estos días, el estado calamitoso, sobre todo, de los hospitales regionales, y el mismo Ministro aceptó anoche, por televisión, que estos temores son una realidad.
Si bien es cierto, el modelo de salud que nos brinda el Estado está caduco y obsoleto desde hace 50 años, estos tres últimos «gobiernitos» han reducido «a nada», los servicios a la población, pero eso sí, los ejecutivos (sus amigos y familiares) han hecho «pingí¼es» negocios, creando Laboratorios Médicos, Centralizando las Compras, Acuerdos Gobernativos de Excepción por Urgencia, Transferencias, etc., etc.
El gobierno de Arzú, en su afán de minimizar desordenadamente al Estado, y hacer feria con los bienes públicos (Guatel, Correos, etc.) nombró para ministro, a un neófito en la materia: Marco Tulio Sosa, quien manejó el Minsalud como empresa, NO hubo mejorías en prestación de servicios a la población. Lo peor del caso, el gobierno de Berger lo llama de nuevo, ¿POR QUí‰?, hasta que una huelga médica pide su destitución en 2006. Esta huelga médica duró más de siete meses (tiempo que el pueblo queda sin ninguna atención), hay autorización de compras sin licitar por más de cien millones de quetzales (un diputado que es médico, es nombrado ministro, maneja estos fondo, luego renuncia y vuelve al Congreso) Se nombra entonces a Alfredo Privado (¿Profesión?) otro neófito del quehacer médico, y «achichincle» del ex ministro Sosa. EL MINSALUD DE NUEVO SIN TIMONEL Y A LA DERIVA.
Cómo quieren entonces que el Minsalud camine bien si la cabeza está vacía o casi no existe. Este año todo lo positivo fue la campaña de vacunación, pero ya es hora que la vacunación sea perenne y rutinaria.
Del gobierno nefasto del FRG, ni hablar, en salud «ni fu ni fa», así como también en todas las funciones del Estado. Sólo se dedicaron a enriquecerse.
Berger se acaba de gastar 25 millones de quetzales en propaganda para su «desgobierno» que a nadie pensante convence. Aún más, en titulares de prensa del 19 de julio de 2007 niega la crisis, dice que es una maniobra de grupos interesados en «desprestigiar» su gobierno, pero le decimos: «NO VALE LA PENA DESPRESTIGIAR LO YA DESPRESTIGIADO».