Dicho tema viene a ser axiomático, sin la menor duda, o intento de esconder tal comportamiento por temor al qué dirán. Pero es obra evidente del actual estado de cosas, además de prevaleciente, muestra crecimiento ostensible, difícil de erradicar, a menos de legislación directa y aplicación inmediata, donde la mano dura diste de temblar por nada, ni nadie.
Apoderado esta desde algunas décadas atrás, mayormente en la actualidad del porcentual totalitario, atinente a la población, pese a los pesares continúa ensanchándose a paso de vencedores. Resulta de posición rasante, igualitario; imposible que existan excepciones por arte de magia; concluyeron ya los cuentos de Callejas, tampoco los cantos de sirena jamás.
Por demás debemos ejemplarizar la cadena interminable de situaciones adversas, capaces de meternos en una concha a todos los mortales. El tormentoso listado aumenta día a día. Sorprende, consterna y llena de pánico al conglomerado que siente como la bestialidad y deshumanización lo impide. Y con esas experiencias en el marco cotidiano, «mejor machete tunco estate en tu vaina”.
Aun ante urgentes necesidades de premura hogareña, originadas por meros imprevistos que no faltan y colocan al jefe en momentos críticos, debido a las citadas emergencias o gravedades de algún miembro, se ve a palitos de verdad. A resultas que irremisiblemente su vida está entre la espada y la pared. Sin embargo, no encuentra alternativa y se expone al salir.
Empero el hecho de salir de noche, todavía acogiéndose a la antigua costumbre de darse una escapada en unión de amistades existentes en el vecindario; esquinear, matar el tiempo o acudir a la cita del noviazgo, terminaron, según se sabe. Y de consiguiente los nexos de amistad, camaradería y simple distracción dentro del perímetro cercano, son historia pasada.
El innegable miedo a salir de noche ha ido en desmedro de más y mejor cultura, aprendizaje virtual y necesario en aras de la evolución imperante, ajeno a los intercambios rigurosos que amplían a lo largo y ancho del entorno. Desde los antañones «Repasos» hasta los modernos bailes, cultura de otros países, sin embargo, a la orden del día, y viento en popa.
Consecuencia lógica de cuidarse en salud, constante consejo de los abuelos media sobre el particular. Demás están infinidad de acciones ejecutadas por el crimen organizado, narcotráfico y restantes plagas conformantes de algo en el filo de la navaja, dispuestas a segar vidas de uno y otro género. La falta de cumplimiento obligado tiene fatales consecuencias siempre.
Usos y costumbres seguidas por generaciones diversas, de súbito han sido borradas del mapa individual y por lo tanto restringen cualquier asomo de volver por sus fueros. Queda comprobado hasta la saciedad el señalamiento que digan lo que digan en contra, a unas generaciones les toca sacrificarse sin duda por las que vienen atrás con más libertad y justicia.