El miedo de salir de noche


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Dicho tema viene a ser axiomático, sin la menor duda, o intento de esconder tal comportamiento por temor al qué dirán. Pero es obra evidente del actual estado de cosas, además de prevaleciente, muestra crecimiento ostensible, difícil de erradicar, a menos de legislación directa y aplicación inmediata, donde la mano dura diste de temblar por nada, ni nadie.

Juan de Dios Rojas


Apoderado esta desde algunas décadas atrás, mayormente en la actualidad del porcentual totalitario, atinente a la población, pese a los pesares continúa ensanchándose a paso de vencedores. Resulta de posición rasante, igualitario; imposible que existan excepciones por arte de magia; concluyeron ya los cuentos de Callejas,  tampoco los cantos de sirena jamás.
   
    Por demás debemos ejemplarizar la cadena interminable de situaciones adversas, capaces de meternos en una concha a todos los mortales. El tormentoso listado aumenta día a día. Sorprende, consterna y llena de pánico al conglomerado que siente como la bestialidad y deshumanización lo impide.  Y con esas experiencias en el marco cotidiano,  «mejor machete tunco estate en tu vaina”.
   
    Aun ante urgentes necesidades de premura hogareña,  originadas por meros imprevistos que no faltan y colocan al jefe en momentos críticos, debido a las citadas emergencias o gravedades de algún miembro,  se ve a palitos de verdad. A resultas que irremisiblemente su vida está entre la espada y la pared.  Sin embargo, no encuentra alternativa y se expone al salir.
   
    Empero el hecho de salir de noche,  todavía acogiéndose a la antigua costumbre de darse una escapada en unión de amistades existentes en el vecindario; esquinear, matar el tiempo o acudir a la cita del noviazgo,  terminaron, según se sabe.  Y de consiguiente los nexos de amistad, camaradería y simple distracción dentro del perímetro cercano, son historia pasada.
   
    El innegable miedo a salir de noche ha ido en desmedro de más y mejor cultura,  aprendizaje virtual y necesario en aras de la evolución imperante, ajeno a los intercambios rigurosos que amplían a lo largo y ancho del entorno.   Desde los antañones «Repasos» hasta los modernos bailes, cultura de otros países,  sin embargo, a la orden del día, y viento en popa.
   
    Consecuencia lógica de cuidarse en salud, constante consejo de los abuelos media sobre el particular. Demás están infinidad de acciones ejecutadas por el crimen organizado, narcotráfico y restantes plagas conformantes de algo en el filo de la navaja,  dispuestas a segar vidas de uno y otro género. La falta de cumplimiento obligado tiene fatales consecuencias siempre.
   

    Usos y costumbres seguidas por generaciones diversas, de súbito han sido borradas del mapa individual y por lo tanto restringen cualquier asomo de volver por sus fueros. Queda comprobado hasta la saciedad el señalamiento que digan lo que digan en contra, a unas generaciones les toca sacrificarse sin duda por las que vienen atrás con más libertad y justicia.