El miedo a la denuncia


En varias ocasiones, las autoridades del paí­s hicieron llamados a la población para que intervenga de manera directa en la erradicación de la delincuencia; o por lo menos en disminuir los í­ndices que tanto agobian a la sociedad por medio de LA DENUNCIA. La comprensión, apoyo y participación de la sociedad para combatir la delincuencia y el narcotráfico es esencial; sin la denuncia es prácticamente imposible combatir con éxito el crimen organizado y el común, tan inmerso en nuestra red social -en aldeas, pueblos y ciudades- que no hay ejército ni policí­a que alcance para detectar todos su tentáculos y trabajar para exterminarlos.

Fernando Mollinedo

El pueblo tiene razón cuando también se queja de lo iluso de algunos gobernantes que invitan a combatir el crimen, pero ellos se conducen a bordo de vehí­culos blindados y con escoltas de seguridad, atrás de los funcionarios viene mucha gente protegiéndolos, nosotros no podemos, no tenemos esos recursos ni esas posibilidades». Es categórico lo que dijo una mamá cuando se la entrevistó respecto de la violencia: «La denuncia se puede hacer, pero después vienen represalias; no podemos andar cuidando a nuestros hijos. «A mi hijo lo han asaltado dos veces» «Yo he visto que venden la droga a la hora del recreo» «venden la droga dentro del edificio del Instituto, sin abrir la puerta» «dijeron otras personas cuyos hijos están amenazados por no ser consumidores.

La población conoce a los narcos y sus «puntos de venta», pero… con toda razón, no se atreve a denunciar. Las estadí­sticas son reales; de hecho sólo quince delitos de cien son denunciados y apenas tres averiguaciones previas culminan en sentencias; valdrí­a la pena solicitar al Ministerio Público la estadí­stica real de lo expresado. Estamos frente a un cí­rculo vicioso entre la confianza ciudadana y la ineficiencia del sistema de justicia que debe empezar a corregirse, pues si ser incorruptible conlleva la muerte propia, pocos estarán dispuestos a hacer su trabajo.

Ese cí­rculo vicioso de la desconfianza en nuestros cuidadores sólo se resolverá si el gobierno de Guatemala es capaz de mantenerlos en el bando de los buenos, junto a la ciudadaní­a. Se necesita paz para poder vivir y desenvolverse como ciudadanos positivos, la inseguridad trae como consecuencia el miedo, el retraimiento social y económico; también es necesario colaborar con las autoridades y tomarse el valor necesario para denunciar los hechos delictivos que nos mantienen en zozobra.

Magní­fico ejemplo el del Ministerio de Gobernación, que está prestando asesorí­a jurí­dica a los agentes de la PNC que fueron objeto de agresión por parte de la PMT; así­ mismo la denuncias de los agentes de la PNC en contra de sus compañeros corruptos están también dando el ejemplo de cómo hacer las cosas dentro del marco de la legalidad, pues la Policí­a Nacional Civil está encaminando sus pasos en pos del respeto del pueblo.