El mes más esperado


Una sumatoria de circunstancias se encarga de las motivaciones del caso fuera de serie, para considerar a diciembre como el mes más esperado del año. Influyen las condiciones del clima con su presencia agradable, los cielos impresionantes y asoma el espí­ritu navideño.

Juan de Dios Rojas
jddrojas@yahoo.com

Grandes expectativas encabezan el desfile en este marco, por cuanto comerciantes e industriales en general promocionan a más no poder. De consiguiente, el suceso universal cobra auge y anticipo tras la generación de superar el volumen de ventas de alguna manera.

Y la pregunta obligada del millón viene a ser ¿brota el dinero por arte de magia? Hay una evidente tendencia en la población demostrativa que el hombre se empeña por seguir los pasos e involucrarse en el consumismo que lo ofusca y encadila al por mayor.

Diciembre destaca también en las agendas individuales, debido a significar la concreción de planes diversos. Mismos calcados en las prestaciones laborales, a tí­tulo de base financista, los aguinaldos a la vanguardia, que a la postre son mera flor de un dí­a.

No podemos omitir que dicho mes que cierra el año, sirve de escenario a sucesivas tradiciones de orden religioso, folclórico y cultural. Estas inscriben eventos trasmitidos de generación en generación, superados y a la vez algunos en decadencia notoria.

De un tiempo para acá, determinadas industrias y empresas de prestigio cooperan en la animación decembrina, al realizar acontecimientos bien esperados. A mi juicio no es sino una retribución al público consumidor de sus productos que no se dan abasto.

Como quiera que sea, aunque el espí­ritu verdadero navideño juega al ratón y al gato, al suplantársele por el mismo consumo industrial de bebidas alcohólicas, tiene logro la solidaridad familiar, mediante regalos en la medida de las posibilidades. Hacemos votos por que aminoren los accidentes en Navidad y Año Nuevo, cese la violencia y delincuencia. Que se viva en paz.