El mercado paralelo del dólar será difí­cil de controlar


Una empleada gubernamental clausura un supermercado en Caracas, debido a que especuló con el precio de los productos en la jornada de ayer. Hugo Chávez, presidente venezolano, devaluó el bolí­var como medida para paliar la crisis de precios. FOTO LA HORA: AFP JUAN BARRETO

El gobierno venezolano deberá aplicar un «plan agresivo de endeudamiento» para poner freno y controlar el mercado paralelo del cambio tras el reciente anuncio de devaluación de la moneda nacional, coincidieron analistas.


«El gobierno va a contener el impacto en el «permuta» colocando muchos dólares en el mercado», estimó el economista Gustavo Rojas.

El llamado dólar «permuta», que resulta de la venta de bonos venezolanos, se cotiza a una tasa de cambio varias veces superior a la establecida por el Estado, que mantiene desde 2003 un severo control de las divisas.

Este indicador, aunque es legal, no es oficial y su difusión está penada por la ley pese a usarse frecuentemente.

El gobierno instauró la semana pasada dos tipos de cambio oficial para el dólar, que desde 2005 costaba 2,15 bolí­vares. Así­, el billete verde pasó a costar 2,60 bolí­vares para los sectores prioritarios y 4,30 bolí­vares por dólar para el resto de los rubros no considerados de primera necesidad.

Tras anunciar la devaluación, Chávez advirtió que el gobierno y el Banco Central (BCV) intervendrán en el mercado para evitar «el manejo especulativo de las divisas».

Según el ministro de Finanzas Alí­ Rodrí­guez, la actuación del gobierno en este «mercado cambiario gris» tiene por objetivo hacerlo desaparecer poco a poco.

«Habrá intervenciones del Estado. Los que piensen que van a ganar un dinero comprando dólares y luego vendiéndolos a una tasa mayor, se les van a quemar las manos. Progresivamente, lo iremos logrando, pero llevará un tiempo», declaró Rodrí­guez.

De hecho, en el Parlamento venezolano, de mayorí­a oficialista, ya está planteada la reforma de la ley del BCV, de manera que pueda intervenir en el mercado permuta mediante la colocación de bonos de la deuda pública y de instrumentos financieros negociados en dólares.

Sin embargo, para los expertos, en este nuevo escenario cambiario el mercado paralelo seguirá existiendo.

«Mientras haya un tipo de cambio fijo existirá el permuta, porque buscará satisfacer la demanda de esas personas que no tienen acceso al tipo de cambio oficial», precisó el economista y profesor universitario Jesús Cacique.

A finales de 2008, con la fuerte caí­da en los precios del petróleo, el gobierno venezolano se vio obligado a disminuir la concesión de dólares a los importadores y ciudadanos que viajan al extranjero, a jerarquizar las compras en el exterior y a retrasar pagos.

Esta situación disparó al dólar paralelo, al que muchos venezolanos tuvieron que recurrir, y que llegó a cotizarse hasta tres veces por encima del valor de la tasa oficial, pese a las emisiones de bonos de deuda del gobierno destinadas a hacerlo retroceder.

El dólar permuta «seguirá teniendo una gran importancia en la fijación de precios, si se mantiene el esquema de limitación y demora en la liquidación de dólares oficiales» que ha caracterizado al sistema de administración de divisas, corroboró Domingo Maza, ex directivo del Banco Central (BCV).

El lunes, primer dí­a de operaciones tras el anuncio de la devaluación, el mercado paralelo se mantuvo prácticamente estable pues el «gobierno entró con fuerza para bajarlo», a través de «un agresivo programa de endeudamiento», explicó Cacique.

«El presidente (venezolano Hugo) Chávez necesita dar prestigio a su decisión y la mejor manera de hacerlo es controlando el mercado», añadió el analista financiero Francisco Faraco.

«Pero luego surgirá un problema entre el crecimiento en la cantidad de bolí­vares y la demanda de dólares», agregó.

Según Rojas, el gobierno, pese a contar gracias a la devaluación con un mayor flujo de bolí­vares, «no podrá satisfacer la demanda de divisas del paí­s» a un precio de 4,30 bolí­vares porque no tiene tantos dólares.

Por ello «en el segundo trimestre el permuta remontará su valor (…) porque el endeudamiento tiene un lí­mite», concluyó Cacique.

FITCH RATING Beneficios limitados


La devaluación del bolí­var, sin ajustes fiscales y monetarios, no podrá borrar las distorsiones de la economí­a venezolana, caracterizada por bajo crecimiento y alta inflación, como tampoco afectará el manejo de la deuda externa, estimó este lunes la agencia calificadora Fitch.

«Ante la ausencia de exhaustivos ajustes en polí­tica fiscal y monetaria, se espera que se mantengan distorsiones macroeconómicas», señaló la agencia en un informe.

Según el analista Erich Arispe, director de calificaciones soberanas de Fitch, el control de cambio mantenido por años, combinado con polí­ticas fiscales y monetarias expansivas, «incrementaron el costo de una devaluación» que se produce en medio de un «lento crecimiento y mayor inflación».

El bolí­var se mantení­a congelado a 2,15 por dólar desde 2005. El Ejecutivo, sin renunciar al control de cambio, estableció este lunes un tipo de cambio doble: un dólar a 2,60 bolí­vares para sectores prioritarios e importaciones gubernamentales y otro a 4,30 bolí­vares por dólar para otros rubros.

Tras la oficialización de la medida, los tí­tulos de deuda venezolana repuntaban este lunes su cotización.

El mercado paralelo legal pero no oficial, que cotiza por encima de la tasa fijada por el gobierno, se mantendrá a pesar de la devaluación, señaló el experto.

Dada su alta dependencia del petróleo, el principal beneficiario del ajuste del tipo de cambio será el gobierno central, cuyos ingresos adicionales serí­an «canalizados para aumentar el gasto en la campaña para las elecciones legislativas de septiembre de 2010», dijo Arispe.

A pesar del impulso en el gasto público, el poder de compra de los venezolanos continuará debilitándose, y la dinámica de los precios de los productos se verá «impactada negativamente». La calificadora prevé que la economí­a venezolana caerá 3,1% en 2010.

El gobierno venezolano sostiene que la medida tiene como fin impulsar las exportaciones no petroleras, pero la agencia advierte que eso podrí­a ser «insuficiente» debido a la «elevada inflación» de los productos venezolanos y al «desfavorable» ambiente de negocios existente.

Por otro lado, aunque la deuda del gobierno central pasarí­a de 13% a 25% del Producto Interno Bruto (PIB), Fitch considera que aun se mantiene en niveles favorables frente paí­ses de calificación similar y su servicio de pago de la deuda es «manejable» para 2010 y 2011.

FINANCIAL TIMES Riesgos


El diario económico británico Financial Times advirtió hoy al presidente venezolano Hugo Chávez sobre los importantes riesgos que podrí­a tener la devaluación del bolí­var, «necesaria» pero movida según la publicación por razones más electorales que económicas.

«El hombre fuerte de Venezuela ha hecho la apuesta de que un poder de gasto reforzado le permitirá ganar más votos que lo que le costará el trauma social de la devaluación», afirma el Financial Times en un editorial titulado «La farsa de Chávez».

El diario recuerda que la popularidad del mandatario venezolano, que hace un año era superior al 60%, ronda ahora el 50%, a sólo ocho meses de unas cruciales elecciones legislativas.

Aunque cree que la devaluación era «inevitable y necesaria», el FT estima que la decisión anunciada la semana pasada «no está guiada por sólidos principios económicos».

«Está, en cambio, dirigida a permitirle (a Chávez) mantener el aluvión de gastos sobre el que se ha construido la popularidad de su gobierno».

El gobierno venezolano anunció el viernes la devaluación de la moneda local, el bolí­var, que se mantení­a en 2,15 por dólar desde 2005.

Venezuela tendrá ahora dos cotizaciones oficiales del dólar -una para productos de primera necesidad, remesas e importaciones del sector público a 2,60 bolí­vares y otra para el petróleo y el resto de productos a 4,30-, así­ como un precio de mercado.

La devaluación permitirá al Estado recibir más bolí­vares por cada dólar obtenido en sus ventas de petróleo, lo que deberí­a a reducir considerablemente el déficit público, pero también podrí­a disparar la inflación del 25% actual -la tasa más alta de América- hasta más del 40%, según algunos economistas.

El diario advierte por tanto a Chávez que aunque consiga superar su examen electoral de septiembre, tarde o temprano deberá limitar los gastos públicos.

«Su paí­s no puede inflar su camino hacia la prosperidad duradera. En algún momento, la realidad alcanzará a Venezuela. Cuando lo haga, Chávez enfrentará el juicio del público», sostiene.