Y no se trata únicamente de los barrancos del área metropolitana que constituyen un peligro permanente para quienes por necesidad han edificado allí­ sus precarias viviendas. A lo largo y ancho del paí­s, debido a las condiciones mismas del territorio y también a la deforestación masiva que se ha dado, existen riesgos muy altos de deslaves que pueden tener consecuencias fatales para la población, tal y como ya lo vimos con el paso de fenómenos como el Mitch y el Stan, los que fueron causantes de destrucción y muerte. Y es que no hace falta que sea un huracán el que afecte nuestro territorio, sino basta con que un sistema de baja presión estacionario o de lento movimiento, como el que hay en el Pací­fico, descargue fuerte cantidad de agua para que los rí­os se desborden y los terrenos se deslicen por su gran inestabilidad. Por supuesto que es urgente e importante atender a los vecinos de las proximidades del volcán Pacaya que están sufriendo por la erupción, pero no se puede descuidar la atención de aquellos guatemaltecos que viven en los lugares que Conred y las entidades competentes han declarado como de alto riesgo, puesto que si se cumplen las previsiones de los expertos en clima, en las próximas horas se ha de producir una muy alta precipitación pluvial que no sólo hará que se desborden algunos rí­os, sino también que se puedan producir tragedias. Por ello es que creo necesario que se implementen acciones preventivas para evacuar de los lugares riesgosos a los pobladores que los habitan, puesto que es preferible prevenir en estas circunstancias aunque se entienda que mucha gente no quiere abandonar sus pertenencias, pero para facilitar su decisión conviene que el Ejército colabore con las autoridades para asegurar que habrá patrullaje y protección de los bienes y enseres de quienes tengan que ser trasladados a albergues temporales. La experiencia de anteriores eventos en el volcán Pacaya nos indica que si bien puede producirse otra explosión como la de anoche con nueva descarga de lava, rocas candentes y arena volcánica, lo más probable es que la erupción se mantenga dentro de niveles que se pueden considerar como normales para el sector. Pero viendo los mapas meteorológicos de la región centroamericana, uno se da cuenta que existe una confluencia enorme de disturbios atmosféricos que sin duda van a traer mucha agua sobre el territorio nacional y eso sí­ que constituye un peligro generalizado que afecta a muchí­sima más gente. Por ello siento que si bien el Gobierno y Conred tienen que atender con prontitud y eficiencia a los damnificados por la erupción, no pueden descuidar ni por asomo lo que está sucediendo con el clima y tienen que alertar a la población en riesgo para que tome precauciones urgentes en vista de la presencia de un sistema de baja presión y de la proximidad de una onda del Este que trae también considerable precipitación lluviosa.