El libro se defiende en Guadalajara


Vista del salón principal de la Feria Internacional de Libro en Guadalajara, la más importante del continente. FOTO LA HORA: AFP IVíN GARCíA

El futuro de la palabra impresa se debate en la Feria Internacional del libro de Guadalajara, la más importante de América Latina, entre nostálgicos que se niegan a prescindir del olor a papel y tinta y los pragmáticos que apuestan a las nuevas tecnologí­as y dan la bienvenida al e-book.


El uso de la tecnologí­a y el avance del Ebook hace peligrar la industria del libro. FOTO LA HORA: ARCHIVO

Los dispositivos electrónicos para leer libros digitales y la tecnologí­a para acceder a ellos, que ya incluye también a modelos de teléfonos celulares, se están popularizando incluso en América Latina, pero no así­ el contenido disponible en español.

Mientras hay dos millones de tí­tulos en inglés, en la lengua de Cervantes apenas llegan a 20.000, según datos de Libriste, empresa pionera en el libro electrónico en México.

Los libros electrónicos contribuyen a disminuir costos a las editoriales e incluso a proteger el medio ambiente, pero muchos se niegan a abandonar las bibliotecas y librerí­as para poner los libros en un aparato electrónico que cuesta la mitad que una computadora portátil y que puede almacenar miles de tí­tulos, admitió en una conferencia de prensa Noe Guzmán, director de Libriste.

Uno de esos nostálgicos es el premio Nobel 2006 de Literatura, el turco Orham Pamuk, una de las figuras invitadas a Guadalajara, quien defiende a capa y espada la relación entre el papel y el libro.

«Los libros no solo son textos, son textos más papel», sostuvo el escritor, quien defendió nostálgico «el olor del papel y las pastas duras» y recordó su biblioteca conformada por 16 mil volúmenes, adquiridos con los años a base de largas caminatas por varias ciudades en librerí­as de segunda mano.

«Ahora la tecnologí­a dice: sólo oprime un botón y tienes una biblioteca», indicó el escritor turco, quien reconoció que es posible que a los jóvenes, incluso los que aman la literatura, no les importen mucho estos sentimentalismos.

«No se les puede pedir que escriban con pluma fuente sus mensajes en vez de escribir un correo electrónico», precisó.

El premio Nobel entiende que hay razones más pragmáticas para que se imponga el modelo digital, al recordar que de los 600 mil millones de dólares que gasta la industria editorial de Estados Unidos para producir libros y periódicos, unos 200.000 millones se destinan a comprar papel.

«Esos son los hechos, eso es lo que hace a Kingdon (un portal que vende libros digitales) o al libro digital tan atractivos», añadió el autor del «Museo de la Inocencia».

Según un estimativo de la editorial Pearson, producir un libro digital es 80% más barato que su similar impreso.

Esta pionera del sector del e-book, que apenas empezó a operar en México este año, tiene la esperanza de replicar en América Latina el fenómeno de Estados Unidos, donde las ventas del sector crecen 40% anualmente.

Pero los nostálgicos del papel se defienden. «Nosotros escogemos nuestros sentimentalismos y la forma que queremos comprar los libros, pero estoy seguro que Kingdom no inventará el libro con olor», concluyó Pamuk.